30 Días de Prueba Amorosa romance Capítulo 286

Este fue un sentimiento que tenía desde el momento en que abrió los ojos, fue la Ciudad del Sur la que la hizo sentirse deprimida.

Cuando estaba en la Ciudad del Río, todavía podía consolarse de que todas esas cosas irritantes no vendrían a molestarla por el momento, y no tenía que pensar en esas cosas por el momento.

Pero cuando volvió a la Ciudad del Sur. Tenía que enfrentarlas.

La habían echado de su casa, ahora ella era como una huérfana, sin estatus. Aunque a la familia González no le importaba esto, ella sentía que no merecía casarse con Camilo.

Aunque se casara con Camilo, su condición sería una mancha de Camilo.

Ella era una persona impura. Fue violada en aquella noche en aquel hotel. Eso era una pesadilla de su vida, un recuerdo que nunca podría borrar.

Camilo era un hombre perfecto y solo una mujer perfecta podía merecerse a él. Rosaura se sintió inferior ante Camilo.

Rosaura se sintió deprimida.

Al enamorarse de Camilo, sus emociones se magnificaban.

Ella se sintió más más inferior y cobarde, y se avergonzó de sí misma.

Fue su culpa por enamorarse de un hombre que no podía lograr.

—Señor González.

Rosaura entró en la villa y no se movió.

Camilo estaba a punto de subir su maleta cuando escuchó su voz, se detuvo y la miró.

En su tono estaba lleno de paciencia,

—¿Qué pasa?

Rosaura le miró, apretó los dientes, reprimió su incomodidad y habló en voz baja:

—Señor González, no hay necesidad de subir mi maleta. Voy a mudarme.

Camilo arrugó las cejas y se sintió descontento por las palabras de Rosaura.

Su actitud fue firme:

—No hace falta, puedes seguir vivir aquí.

De todos modos, se casarían pronto. Ellos seguirían vivir aquí después de casarse.

Rosaura negó con la cabeza, su actitud era firme,

—No me conviene vivir aquí.

Se acercó a Camilo y tendió la mano con intención de arrebatar su maleta que estaba en mano de Camilo y dijo:

—Todavía tengo algunas cosas aquí, las voy a arreglar.

—Soy tu prometido, no hay ningún inconveniente.

Camilo no saltó la maleta. La miró fijamente, con el ceño ligeramente fruncido. La había traído aquí y no quería que se mudara.

Rosaura miró a Camilo con sorpresa, no esperaba escuchar a Camilo decir esto. Esto era completamente diferente de lo que había imaginado.

Ella le miró sorprendida y le preguntó:

—¿Todavía nos vamos a casar?

Camilo dijo:

—¿Por qué no?

Rosaura se sorprendió y miró a Camilo con expresión de asombro,

—En la Ciudad del Río, después de aquella noche, nos distanciamos, ¿no llegamos a un acuerdo de que volveríamos y nos romperíamos el compromiso?

Después de aquella noche, aunque Camilo seguía cuidando de ella, no tenía contacto físico excesivo y la trataba con cortesía. Esto significaba para Rosaura que iba a romper el compromiso.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: 30 Días de Prueba Amorosa