30 Días de Prueba Amorosa romance Capítulo 287

—Señor González, rompemos el compromiso, hay muchas otras chicas que quieren casarse contigo, no tienes que enredar conmigo. Me mudaré esta noche, luego hablaremos juntos con la señora sobre esto.

Rosaura dijo con una actitud firme y una expresión tranquila, pero la mano que apretaba con fuerza mostró sus verdaderas emociones.

El rostro de Camilo era hosco. La miró fijamente, queriendo saber en qué estaba pensando, obviamente le gustaba, por qué tenía que romper el compromiso con él.

Pero todo lo que vio en sus ojos fue una determinación que le hizo enfadar. El fuego en su pecho, ardiendo más y más.

«Romper el compromiso. ¿Tiene tanta intención de hacer una ruptura conmigo?»

—No tienes que moverte, me voy.

Camilo apretó los dientes, después de decir esto, salió.

Sus pasos eran rápidos. Pronto, oyó el sonido de cerrar la puerta.

De repente, toda la villa estaba en silencio en ella no había nadie más que Rosaura. Le dolían las sienes. Ella iba a irse, pero en cambio Camilo se fue...

Parecía enfadado. También parecía que aún no había aceptado romper el compromiso. No entendía por qué Camilo se empecinaba en casarse con ella si no la amaba.

Rosaura miró a la habitación. Todas las partes estaban llenas de las cosas de ella y de Camilo. El olor de Camilo parecía perdurar en el aire.

De repente, Rosaura estaba un poco nerviosa, su corazón latía con fuerza y sólo podía pensar en Camilo. Quedarse aquí le hizo sentirse incómoda.

Ahora no sabía cómo tratar su relación con Camilo. Sería mejor no casarse con él.

Pero Camilo insistió...

Rosaura apretó las sienes doloridas, sacó su teléfono y llamó a Gloria.

En el otro lado del teléfono Gloria dijo:

—Rosaura, ¿qué pasa? Vas a volver mañana, ¿no? ¿Vas a invitarme a cenar mañana?

—No es mañana, es ahora.

Gloria se emocionó al instante:

—¿De verdad, has regresado?

—Sí, acabo de llegar y no tengo dónde vivir, Gloria, ¿puedo vivir en tu casa?

—Por supuesto que sí, acabo de alquilar un piso y estoy aburrida. Puedes venir a acompañarme.

Rosaura estaba un poco deprimida, dijo:

—Vale, ve a recogerme.

—Bien, espérame, ya voy.

Gloria colgó el teléfono, y no preguntó por qué Rosaura quería mudarse. Para ella, lo más importante era que Rosaura necesitaba que la recogiera ahora mismo.

Después de colgar el teléfono, Rosaura se preparó para empacar sus cosas. Primero fue al baño y empacó sus artículos de tocador.

Frente al lavabo, miró los cepillos de dientes, así como las toallas, que estaban por pares, y se sintió muy triste.

De hecho, la época en que ella y Camilo vivían juntos era agradable. Cuando pienso en esos tiempos, se sintió alegre.

Pero en el futuro, no podría tener esa vida.

Rosaura suspiró, suprimiendo la sensación de incomodidad en su corazón y empacó todas las cosas que le pertenecían. Si no vivía aquí, Camilo no utilizaba sus cosas, así que se llevó todo lo que pudo llevarse y tiró todos los restos.

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