Adicta al sexo romance Capítulo 16

28 de abril del 2001

Kharolan se despertó y no encontró a Patrick a su lado, la distancia entre ellos era evidente desde aquel día en que se habían encontrado con Leah. La castaña se sentía intranquila, no sabía en qué momento su ex amiga haría su movimiento para ahora si derrumbar toda su vida.

Fue al baño para cepillar sus dientes y después a cambiarse de ropa, bajo para hacer de desayunar y se encontró con Sasha en la cocina comiendo mientras miraba su correo desde la computadora.

— Buenos Días Sasha— saludo apenada Kharolan. A pesar de todo el tiempo que llevaba viviendo en la casa de los Hudson sentía pena aun con ellos.

— Hola Kharol, ¿Qué tal va creciendo mi sobrina? — Pregunto mirando a la castaña. Kharolan camino hasta la alacena donde saco cereal de chocolate.

— Pues quiere hacerme engordar porque me da mucha hambre— contesto mientras tomaba un plato y la leche que estaba a un lado de Sasha.

— ¿Y tú como te encuentras? — pregunto ya que veía las notables ojeras de Kharolan, ella al sentirse observaba solo bajo su cabeza.

— Con miedo— Contesto sin pensarlo, Sasha se paró y camino hasta la embarazada.

— ¿Miedo?— cuestiono intrigada. Kharolan cerró los ojos no quería que pensaran que era una dramática o una persona que le gustaba ser el centro de atención, pero no sabía con quién desahogarse, pero estaba al borde y sabía que Sasha era confiable.

— ¿Conociste a la ex de Patrick?— pregunto como un susurro, para asegurarse que solo ella la escuchara, aunque de ante mano sabía que solo se encontraban ellas dos en la cocina.

— Leah— contesto Sasha haciendo una mueca de asco.

Nunca le había caído bien ellas dos habían coincidido en muchas ocasiones antes de que anduviera con Patrick, la creía una persona buena, pero su imagen cambio después de todo lo que paso, jamas estuvo de acuerdo con la relación que tuvo con su hermano menor.

— ¿Qué te está haciendo ella? — pregunto a la defensiva.

— Ella tiene algo que puede desplomar mi vida— sus ojos se llenaron de lágrimas — Y temo que si Patrick lo ve esto cambie mas todo con nosotros—un sollozo escapo de su garganta. — Él sabe el contenido de eso, pero temo que no sepa reaccionar— dijo preocupada. Sasha la veía y empezó a temer por Kharolan ya que sabía los alcances de esta. —El se ha portado distante desde que nos encontramos con ella en el centro comercial y eso me hace sentir mal, no puedo dormir y comer lo hago por el bien de la bebé, ya no se que hacer...

— Si mi hermano es listo como lo ha demostrado hasta ahora, no tienes por qué preocuparte— la consoló — No le temas a Leah, si ella ve eso se ensañará contigo hasta destruirte, solo evita estar cerca de ella y si quiere jugar enséñale que tu sabes jugar mejor que ella— La aconsejo. Kharolan se cuestionaba él porque sabía tanto Sasha de Leah, pero no quiso indagar más. — Quizás tu pregunta es porque te doy estos consejos, es mejor que no sepas solo te puedo decir que no le tomes importancia a Leah es una persona que necesita que alguien le de una lección y créeme esa lección no tardara en llegar.-— finalizo.

— Gracias— Sasha asistió, y las dos comieron su cereal con una conversación totalmente diferente. Aunque Kharolan no podía sacar de su cabeza lo que Sasha le había dicho antes. ¿Qué era eso que la hermana mayor de Patrick sabia ?.

3 de mayo del 2001

Kharolan daba una de sus siestas vespertinas cuando un ruido la despertó, abrió los ojos un tanto alarmada y de nuevo sonó el ruido más intenso, se paró de la cama, se percató que los ruidos eran en el cuarto de alado y salió del cuarto para averiguar que pasaba.

En cuanto se paró en la puerta sonrió al ver a Patrick arriba de una escalera pintando la pared de un rosa claro. Lo observo por varios minutos hasta que sintió una presencia a su lado se giró para encontrarse con Marianne.

— Lo veo muy entusiasmado— rompió el silencio Marianne. Kharolan sonrió y regreso la mirada a el rubio. — Hoy cerro el trato— la castaña la veía sin entender. — Vendió su automóvil ¿No te dijo acaso?— Ella abrió los ojos sorprendida.

— No me dijo nada, pero Él no tenía por qué hacer eso— hablo avergonzada, en primer lugar por el hecho de no querer decirle a la mamá de su novio que su relación se había enfriado y en segundo lugar, porque no quería que pensara que ella lo había obligado a hacerlo.

— Pero lo hizo, después de eso me pidió permiso para ocupar ese cuarto para la bebé y encantada accedí, fue a comprar pintura para comenzar a decorar el cuarto y aquí lo tienes— hablo orgullosa Marianne, Kharolan soltó un suspiro y volvió su mirada a Patrick.

— Te amo— hablo alto, lo que creía que había pensado, simplemente salio por sus labios. Patrick se giro y las miro, el había escuchado absolutamente todo, bajo con cuidado de las escaleras y se acercó a ella, Marianne se retiró sabía que debía darles espacio. — Escuchaste todo ¿Cierto? — lo miro con los ojos entrecerrados mientras Patrick la abrazaba manchando la ropa de la castaña, pero a ella no le importo el asistio ante la pregunta y le dio un tierno beso, haciendo suspirar a ambos. Extrañaba estar entre sus brazos, podían haber estado viviendo en la misma casa pero no se sentían cerca.

— Yo también te amo amor— dijo cuándo se separaron. — ¿Es un buen color?— pregunto entusiasmado.

— Lo es, a ella le encantara.— contesto feliz. — Gracias— el la miro y debajo de ellos sintieron como se movía algo. Kharolan sonrío. El rubio inmediatamente coloco sus manos en el vientre de su novia, la miro con una cara de sorpresa era la primera vez que sentía los movimientos de la bebé, bajo hasta su vientre donde lo descubrió.

— Hola princesa— susurro dando un beso al vientre de ella . Coloco una mano y inmediatamente un nuevo movimiento.

— Ella esta diciendo hola también.

4 de mayo del 2001

La castaña caminaba con su notable vientre por la calle después de ir por unas compras, e inconscientemente llego a su casa, el carro de su padre no se encontraba ya que debía estar en el trabajo, pero sabía que su mamá si lo estaría, así que se armó de valor, llego a la puerta y toco el timbre. Después de unos segundos se encontró con Christian él era castaño claro al igual que Kharolan, pero sus ojos eran cafés al igual que los de su padre, al verla la abrazo.

— Mira que panzota— hablo nada más la miro.

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