Adicta al sexo romance Capítulo 8

Kharolan lloraba inconsolablemente, sus padres le habían dado la espalda, sabía que al final de cuentas saldría a la luz todo lo que Leah tenía en contra de ella, Patrick apretó su mano sacándola de sus pensamientos.

—No se preocupen señores, antes del mediodía no sabrán nada de nosotros—hablo firmemente Patrick. Salieron de la sala para subir al cuarto de ella y comenzar a empacar todo lo que se llevaría con ella . —Mi auto está a dos cuadras iré por el para comenzar a cargarla con todo—Kharolan asistió, con lágrimas en los ojos, la beso en la frente y salió de la casa mientras ella comenzó a guardar su ropa en las maletas.

Como todo había cambiado en tan poco tiempo, su vida dio un giro de 180 grados, se sentía atrapada y su pecho ya no podía contener todo lo tenía, se sentó en la cama y comenzó a llorar desconsoladamente, no podía respirar a causa del dolor, la traición y el despreció. Estuvo así un rato más hasta que Patrick llego y asustado al verla de esa manera, la abrazo.

—Todo estará bien lo prometo, desde ahora déjamelo todo a mi tu solo encárgate de el— agarro su vientre— te quiero Kharolan y no hay nada en el mundo que me haga separarme de ustedes dos—Se fundieron en un beso, para continuar empacando las pocas pertenencias que tenía la castaña. Antes del mediodía solo quedaba la cama y los muebles en la habitación. Abandono su casa con un inmenso dolor en el pecho y sin mirar de nuevo a sus padres.

Aparcaron en el auto enfrente de la casa de Patrick una de las mejores casas del pueblo. Su madre una mujer rubia, siempre arreglada y su padre castaño claro una de las personas más influyentes del pueblo y estaba por abrir su propia empresa. Una parte de él quería ser independiente para no depender más de los mandatos del padre de Leah el cual era una persona deshonesta, orgullosa y manipuladora, todo por supuesto lo había heredado la pelinegro.

Abrieron la puerta y reinaba el silencio, fueron hasta la parte trasera donde se encontraba el patio y ahí estaba su madre, junto a sus hermanos, dos rubias Sasha y Elizabeth y el castaño John. Kharolan se sentía totalmente fuera de lugar ahí ya que su Marianne traía el pelo rubio en capas con un vestido rojo unas zapatillas a juego, se paró inmediato.

—Hola Patrick ¿tú eres la joven de ayer no es asi? — miro interesado a la castaña, ya que tenía los ojos hinchados el la tomo de la mano, haciendo que su madre pusiera sus ojos en el agarre de ello. — Eres Kharolan ¿cierto?

—Sí madre ella es Kharolan mi novia— su voz sonaba totalmente insegura. Ella se sorprendió un poco porque hasta hace poco era novio de Leah, aunque por supuesto la intuición le decía que era una niña que estaba mal, con el simple hecho de su vestimenta la hacía dudar. Pero más la confundió porque ayer solo había sido presentada como una amiga de la escuela.

—Ya veo hijo, Bueno Kharolan un gusto de nuevo— ella se acercó a ella para darle un beso en el cachete, ella le devolvió el saludo indeciso.

—Mucho gusto señora—respondió nerviosa ella.

—Llámame solo Marianne—sonrió para que la novia de su hijo se relajara. —Patrick te estuvimos esperando en el desayuno.

—Disculpa ma, pero fue porque está aquí Kharolan— su madre lo observo intrigada — De ante mano te pido una disculpa, no fue planeado, pero no por eso no seré responsable de mis actos — Su voz se entrecorto. —Bueno mama, sé que no es el momento, pero Kharolan no tiene donde vivir— su madre lo miro sorprendida, ya entendía el porqué de los ojos hinchados de la castaña— Mamá... Kharolan está embarazada y ese bebé que espera es mío — Sus hermanos junto a su madre los miraron sorprendidos.

Marianne se quedó sin palabras, su hijo de 16 años iba a ser padre y ella iba a ser abuela. Nunca le paso por la cabeza que su hijo llegara a ser padre tan joven y jamás esperaba que pasara. La preocupación estaba también en el hecho de que hasta hace poco Patrick era novio de Leah, ella esperaba que esa joven no hiciera algo loco que pudiera afectarlos.

— Instálate en la habitación de invitados— fue lo primero que salió de su boca. — tienes Hudson creciendo en tu vientre y no le hará falta nada... No fue responsable de su parte tratar de comportarse como adultos, pero no hay marcha atrás hijo y tu-— miro directamente a Kharolan que rápidamente se tensó. —No te preocupes por nada aquí tienes mi apoyo-—ella sonrió aliviada y Marianne se acercó hasta la castaña y paso su mano por el vientre inexistente de la adolescente, después la envolvió en un abrazo.

Kharolan no podía creer que de personas ajenas a ella obtuviera más apoyo que de sus pa-dres, para estas horas lo más probable es que sus hermanos ya se hubieran enterado y es-peraba no tener también el rechazo de su parte.

Después de un rato de charla y confirmar lo que oyeron sus hermanos, y al igual que su madre apoyarían a Patrick en esta nueva etapa de su vida, el rubio le mostró la casa a la castaña y cuando la vio cansada ella se fue a descansar, nunca la dejo sola ni un momento. La besaba, la abrazaba y le decía cuanto la quería, no quería que se preocupara y eso pu-diera afectar al bebé.

20 de diciembre del 2000

Kharolan despertó muy temprano suspirando, había dormido bien, pero extrañaba mucho a sus papás, recordarlos le causaba un inmenso dolor ¿Cómo la dejaron sola en los momentos en los que más los necesitaba? Se paro de la cama busco ropa en su maleta y se metió en el baño dejando que el agua la relajara un poco, después de unos minutos salió para vestirse. Se sentó en la cama miro el reloj, eran apenas las siete de la mañana. Quería hacer algo no quería que pensaran que era una floja, salió de la habitación camino por el pasillo, pero se detuvo enfrente de la habitación de Patrick.

— Deberías entrar— la voz de una mujer la hizo girarse asustada y se encontró Sasha con una sonrisa. — Oh lo lamento no quería asustarte ¿Kharolan verdad? — ella solo asistió. —Soy Sasha la hermana mayor de Patrick, o rayos, pero si eso ya lo sabías. — Kharolan sonrío Sasha le parecía tan simpática. — ¿Y sabes qué será? — pregunto mirando el vientre de la castaña.

— No he ido al ginecólogo.

— Que mi madre no te escuche que querrá ir lo más antes posible— alego en burla. Miro el reloj en su mano. — Mierda voy tarde a la universidad— Kharolan sonrío ante la expresión de Sasha. — Y enserio deberías pasar ya no hay nada que pueda pasar que no haya pasado antes— las mejillas de la castaña tornaron carmesí causando la risa de la hermana de Patrick. — Hasta luego Kharolan—

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