Ámame otra vez romance Capítulo 18

El beneficio de la duda

A la mañana siguiente Hope entró como un vendaval a las oficinas de la productora de Blake Cameron.

—Buenos días, ¿puedo ayudarle en algo? —preguntó la secretaria al verla entrar, sin embargo, Hope no se molestó en detenerse o responder el saludo de la mujer, atravesó la estancia y se dirigió a la oficina de Blake.

»—Espere, no puede entrar de esa manera. ¡Deténgase o llamaré a seguridad! —gritó la mujer detrás de Hope, deteniéndose abruptamente cuando abrió la puerta de par en par.

El corazón de Blake latió alocado dentro de su pecho al ver a Hope de nuevo en sus oficinas, había pasado tanto tiempo de…

—Lo siento, señor Cameron, no pude evitar que entrara hasta aquí. Llamaré inmediatamente a seguridad para que la boten —pronunció la mujer con tono severo, mirando a Hope con cierto desprecio y arrogancia.

—No llames a nadie, la señora es mi esposa —murmuró olvidando la presencia de Scott, quien se fijó en Hope y Larry, a quién no le pasó desapercibida la manera que el amigo de Blake miró a la mujer.

—Querrás decir, tu ex —dijo de mala manera.

—Hope —Blake ignoró las palabras de Scott, su atención estaba fija sobre el rostro serio de su esposa.

—Vamos —dijo Larry a Scott.

—¿Por qué tenemos que irnos? —cuestionó el hombre.

—No es asunto tuyo lo que ellos tengan que hablar, así que muévete —dijo Larry en un tono que no dejaba lugar a réplicas por parte de Scott.

El hombre se puso de pie de mala gana y salió en compañía de Larry de la oficina, para darle un poco de privacidad a la pareja.

—Hope —repitió Blake de nuevo al verse en completo silencio.

—¿Por qué? —soltó Hope sin más.

—¿Por qué? —preguntó sin entender.

Hope lo miró parpadear varias veces, comprendió que si no le hablaba claro no se marcharía de allí tan rápido como ella deseaba.

—¿Qué ganabas con comprar la mitad de H&B? —preguntó.

Blake frunció el ceño.

—Nada.

—¡No mientas! ¡Todo lo planeaste a tu maldit4 conveniencia, Blake! —gritó Hope a punto de reventar del enojo.

—No sé de lo que estás hablando, Hope.

—No te hagas el tonto, sabes muy bien de lo que te estoy hablando. ¡Hiciste que mi padre perdiera más de un contrato para entrar en acción y convertirte en el héroe sin capa que él necesitaba para salvar su empresa!

—Sigo sin entender, no hice nada en contra de tu padre —aseguró.

—Deja que lo ponga en duda, el contrato con David Gutiérrez quizá solo fue el primero o el último de muchos contratos rechazados por la alteración en los presupuestos. Solo tú pudiste orquestar algo como esto para dejar la compañía de mi padre al punto de necesitar un socio.

Blake se puso de pie con una calma que no sentía, rodeó el escritorio para acercarse a Hope.

—No tiene ningún sentido lo que dices, estás acusándome falsamente.

—¡Por Dios! ¡No te hagas la víctima, Blake! Adquiriste la mitad de H&B y la promesa de mi padre de no venderle a nadie más, ni siquiera puedo heredar la compañía a mi hijo ¡Hasta ese derecho le has robado a Matthew! —gritó furiosa.

Blake sintió aquellas palabras como un golpe directo al rostro.

—¡No sé de lo que hablas, Hope! No tengo una jodida idea de lo que me acusas —intentó convencerla.

Los hombros de Hope subían y bajaban, su respiración estaba ligeramente acelerada. Estaba enojada, decepcionada, más de lo que no pensó estarlo, no sabía si era por su padre o por Blake, al final de la historia, quizá ninguno de los dos, era mejor que el otro.

—Te felicito, que bien lo hiciste —susurró Hope.

—No tuve nada que ver, estás juzgándome sin darme el beneficio de la duda —refutó Blake comprendiendo que detrás de todo aquel arranque de furia, había algo que él desconocía.

—Será que tuve buen maestro, me enseñaste muy bien —replicó.

Blake negó.

—No tuve nada que ver con esos presupuestos alterados, Hope, te lo juro por nues…

—No me jures nada —le interrumpió Hope.

Blake suspiró.

—Solamente ayude a Daniel porque él me ofreció la mitad de la compañía, ni siquiera me ocupe de meter las narices en la presidencia, porque no estaba interesado. Mis negocios son otros y lo sabes muy bien—dijo.

Hope no le creyó.

—Voy a descubrir lo que hay detrás de tus intenciones, Blake, porque la venganza ciertamente no lo es. Mi padre no me amaba tanto como para que lo convirtieras en tu objetivo.

—Hope.

—Me despreció por tu culpa, me dio a elegir entre la vida de mi hijo y su nombre… Gracias también por eso —espetó.

Blake cerró los ojos, el nudo que se formó en su garganta casi le ahogó.

—No tuve nada que ver.

—Espero por tu bien que así sea, Blake Cameron.

—Voy a investigar, Hope, voy a descubrir lo que hay detrás de todo esto y quien intenta manchar mi nombre ante ti —dijo.

Hope se echó a reír sin poder evitarlo.

—Tu nombre lo manchaste solo y sin ayuda de nadie, pero yo no soy como tú, Blake, y te daré lo que tú jamás me diste a mí —dijo con seriedad.

—¿Qué cosa? —preguntó temeroso.

—El beneficio de la duda… —dijo, girándose para salir de la oficina; pero Blake fue mucho más rápido, la tomó del brazo impidiéndole salir.

—¿Qué haces? —preguntó ligeramente aturdida.

—No lo hice yo, Hope, te juro que no tenía ningún motivo para actuar en contra de tu padre…

—¿Creer que la hija te engañó y se embarazó de otro no es motivo suficiente? —le cuestionó.

Aquel fue otro duro golpe para Blake.

—Perdóname por eso y por todo lo que hice, Hope. Sé que no te merezco, pero…

—No, no me mereces. Ten un buen día, Blake —murmuró soltándose del agarre del hombre.

—¡Espera, Hope! Espera.

—¿Qué es lo que quieres? —preguntó molesta.

—Te firmaré el divorcio…

El cuerpo de Hope tembló al escucharlo.

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