Ámame otra vez romance Capítulo 20

Carnada

Larry no era adicto al alcohol, es más, disfrutaba poco de aquel líquido ambarino y solo aceptaba beber por mera cortesía a los desconocidos y obligado cuando era Blake quien se lo ofrecía. Pero en esa ocasión se bebió el contenido de vaso en un solo trago.

—¿Cómo que serás la carnada? —preguntó girándose para ver a Blake acomodarse la corbata frente al espejo.

—Lo que escuchaste. Hope y su amigo…

—Él dijo que era su novio —le recordó Larry.

—Su AMIGO —pronunció Blake haciendo énfasis en la segunda palabra—. Sospechan que ha sido el gerente financiero el causante de todo esto —añadió.

—Tiene bastante sentido, es el único que tiene acceso a todo al área financiera, se encarga de velar por la liquidez de la compañía y pudo hacer las cosas sin que Daniel se diera cuenta.

—Es lo que Hope sospecha.

—¿Ya no sospecha de ti? —preguntó con asombro.

Blake se encogió de hombros.

—Probablemente, sospechara de mí hasta que le demuestre que no tengo nada que ver con lo ocurrido y que solamente acudí al rescate de Daniel porque él me lo pidió.

—Hope te está dando el beneficio de la duda, es más de lo que yo te daría si fuera Hope.

—Lo sé, y no sabes lo que me duele haber sido tan ciego y orgulloso. Me destroza haber confiado más en el médico que en mi propia esposa. Pero ya traía la amargura de mi anterior matrimonio —dijo girándose para recoger su saco.

—Hope y Amber no tienen nada en común, son como el día y la noche.

—Saberlo no me ayuda en nada, no puedo cambiar el pasado, Larry —dijo cogiendo su móvil, la billetera y la llave de su auto.

—Iré contigo —dijo el hombre. Blake negó.

—No, no quiero que Randy te asocie conmigo.

—Entonces deja que te acompañe en la distancia —insistió Larry.

—No.

—Blake.

—Escúchame, alguien en la oficina es un topo y mantiene informado a Randy de mis movimientos y si no es así, por lo menos si lo hace sobre las personas que visitan las oficinas de la productora.

—¿Qué quieres decir?

—Randy sabe que Hope estuvo esta mañana en mi oficina. Es una suerte que no sepa que fue lo que hablamos o no me estaría llamando para “hacer negocios” —dijo con seriedad.

—No tienes mucho qué buscar, únicamente fuimos cuatro las personas que vimos a Hope entrar a tu oficina.

—¿Cuatro?

—Tu secretaria, Scott, tú y yo —respondió.

—Ruby no conoce a Hope como mi esposa —reflexionó.

—No la conocía hasta que se lo mencionaste, pero si no fue Ruby, ¿Qué hay de Scott? —dijo Larry lanzándose de cabeza.

Blake frunció el ceño.

—No creo que haya sido él.

—Yo que tú no estaría muy seguro, sé que ha sido tu amigo desde hace mucho tiempo, pero siento que todas tus desgracias nacen y mueren con él; no estás obligado a escucharme, pero pon atención y esa manera que mira a Hope me hace sospechar —pronunció poniéndose de pie, dejando a Blake con los pensamientos revueltos.

—Lo tendré en cuenta —murmuró saliendo de su habitación con Larry pegado a sus talones.

Blake subió a su auto y salió de su casa para dirigirse a Sagitario, el bar donde Randy Howard le había citado.

Sin saber que estaba siendo seguido muy de cerca por su primo. Larry se pasó las recomendaciones de Blake por el arco del triunfo para asegurarse de que no fuera directamente a una trampa.

El caso era que Larry no fue el único que decidió espiar al magnate. Chelsea había tomado la decisión de acudir al bar, apenas James y Hope le contaron lo ocurrido esa tarde con Blake y Randy.

—Es muy arriesgado —dijo James al ver a Chelsea decida a acudir a la cita en Sagitario.

—No te preocupes, el tipo no me conoce. No estuve presente en el funeral del padre de Hope y menos he aparecido en una actividad pública con ninguno de ustedes. Soy la candidata ideal para hacer este trabajo —aseguró cogiendo las llaves de su auto.

—¿Sabrás cómo llegar? —preguntó Hope un tanto nerviosa.

—Usaré el GPS, si me pierdo, tendrán mi ubicación en tiempo real para ir a mi rescate —bromeó—. Tranquilos, aquí donde me vea, no soy tan boba como piensan —añadió.

Hope y James dejaron escapar un par de carcajadas.

—Ve con cuidado y no dudes en llamar si necesitas ayuda —indicó James a su prima.

—Te lo prometo —dijo antes de dejarles un beso en la mejilla y despedirse…

—No debimos decirle nada, Chelsea es muy impulsiva —susurró Hope.

—No podemos ocultarle las cosas Hope, lo sentirá como una traición y desde que nos conocemos nunca hemos tenido secretos entre los tres —le recordó James.

—Lo sé, pero esto no es cualquier cosa, James. Tengo miedo de que sus impulsos la metan en más de un problema —Hope se dejó caer sobre el sillón y suspiró.

—Confiemos que no sea así —dijo sentándose al lado de Hope—. ¿No vas a decirme lo que Blake Cameron te pidió y a lo que te rehusaste a acceder? —preguntó.

Hope se tensó como la cuerda de un violín, pero James tenía razón, no había secretos entre ellos y no iba a empezar ahora; además, ella necesitaba un desahogo.

—Firmará el divorcio —dijo.

—Eso es bueno, ¿Cuál es el problema? —cuestionó mirando a Hope directamente al rostro.

—Quiere conocer a Matt —susurró.

James elevó las cejas y arrugó la frente.

—¿Conocerlo?

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Ámame otra vez