Ámame otra vez romance Capítulo 3

Desagradable encuentro

—¡No! ¡No, mi esposo no! —sollozó Hilary en brazos de su hija.

—Trata de calmarte, mamá, esto no puede hacerte bien —pidió Hope.

La mujer negó y continuó con su lamento, lloró y gritó todo lo que quiso y pudo antes de desvanecerse.

—¡James! —gritó Hope—. ¡Llama al doctor! —pidió.

El hombre corrió a la emergencia y solicitó auxilio, antes de volver y tomar a Hilary en sus brazos, al notar la demora del personal médico.

La enfermera y el galeno corrieron para brindarles ayuda. Mientras el corazón de Hope se agitaba dentro de su pecho, rogando porque su madre estuviera bien.

—Todo estará bien, Hope, tu madre tenía que sacar todo el dolor que la embargaba —dijo el hombre sentándose a su lado, temiendo porque la joven también colapsara.

—No llegué a tiempo, James, no tuvimos la oportunidad de perdonarnos —se lamentó.

—No fue tu culpa, Hope, tu padre se equivocó al elegir su apellido antes que a ti que eras su hija, ni siquiera se dio una oportunidad de conocer a su nieto. Y perdóname porque quizá no es el mejor momento para decírtelo, pero tengo que hacerlo; no fuiste tú, fue él.

Hope comprendía lo que James trataba de decirle, sin embargo, ella tampoco hizo ni un solo intento por aclarar la verdad con él o por lo menos intentar convencerlo de que no le había sido infiel a Blake Cameron.

—¿Señorita Morgan? —llamó la enfermera interrumpiendo sus pensamientos.

—Soy yo, ¿Cómo está mi madre? —preguntó Hope poniéndose de pie.

—Por ahora está dormida, nos vimos en la necesidad de sedarla.

—¿Puedo verla?

—Por supuesto, ¿Quién se hará cargo del traslado de su padre a la funeraria? —preguntó la mujer sin ningún tacto.

—Ve con tu madre, me haré cargo de tu padre.

Hope asintió agradecida, caminó a la habitación de su madre y esperó alrededor de una hora hasta que ella despertó.

—¿Mamá?

—Dime que ha sido una pesadilla, Hope, dime que tu padre está bien —pidió la mujer con lágrimas en los ojos.

—Me gustaría mentirte, pero no puedo hacerlo, mamá.

La mujer sollozó de nuevo.

—No, no puede ser, hija, no tu padre, no.

Hope tomó las manos de su madre entre las suyas, se sentó a su lado y la abrazó.

—Sé que no es fácil para ti perder a tu pareja de toda la vida, mamá, pero saldremos adelante, te prometo que no volveré a marcharme, estaré contigo.

La mujer no respondió, lloró hasta que sus ojos se cansaron y se quedó dormida.

Horas más tarde, Hope llevó a Hilary hasta su casa, la mujer trató de no sentirse nostálgica y pasó de la servidumbre para llevar a su madre a la habitación, tenían que vestirse para acudir a la funeraria donde se llevaría a cabo el funeral de su padre…

Entre tanto, Blake Cameron dejó el teléfono con una calma poco usual en él.

—¿Qué ha pasado, que hasta el rostro te ha cambiado? —preguntó el hombre sentado delante del magnate.

—Daniel Morgan ha muerto —musitó.

—¿Y eso en qué te afecta? —preguntó Larry Cameron, el primo hermano de Blake.

—Somos socios en H&B Telecomunicaciones, su muerte por supuesto que representa problemas en más de un sentido.

—Pues esos problemas no deben ser en términos económicos, nada tiene que ver una cosa con la otra.

—Pues, Daniel ha estado al frente de la empresa, no he tenido que meter las narices en los asuntos de dirección, me he limitado a recibir el porcentaje de beneficios de nuestra sociedad, tal como lo acordamos antes de firmar.

—Entonces, no veo que tenga que cambiar, puedes seguir con la misma dinámica.

—Pues no debería cambiar, pero sin Daniel la única que puede ocupar su lugar es Hope.

—¿Tu mujer?

—Mi exmujer.

—Tonterías, ni siquiera te has divorciado de ella, así que legalmente sigue siendo tu mujer —le recordó Larry.

—Averigua donde será velado, presentaré mis condolencias a Hilary —dijo con brusquedad.

—¿Esperando ver a Hope?

—Imbécil —gruñó Blake.

—Pero soltero, idiota —refutó el hombre.

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