Amor desgarrado romance Capítulo 14

Capítulo 14: ¿Qué te finges ser inocente?

Al ver que no hablaba, la mano de Hector se apretaba, como si estuviera a punto de aplastarme la barbilla, me dolía, pero mordía el labio para evitar hacer ruido.

Hector veía que yo no hablaba, entonces decía, -Julieta, dime, ¡cómo le mentiste a la dueña de la familia Sandoval y le pediste que hablara por ti!-

La fuerza en la mano del hombre se había vuelto mayor y mi barbilla se entumecía por el dolor al principio.

Finalmente, soltaba mi barbilla, sostenía mi cintura con su gran palma y me rompía la ropa directamente.

Luchaba con enojo y finalmente gritaba, -¡No...!-

Al oír mi voz, Hector parecía interesado, apretaba un botón, lentamente se levantaba un tabique negro invertido entre los asientos delanteros y traseros del auto…

Con el tabique completamente levantado, el asiento trasero se había convertido en un espacio privado.

Hector ignoraba mi resistencia y me penetraba directamente.

Me dolía tanto que no podía evitar gritar.

Pero los movimientos del hombre no se detenían.

Debido al estrecho espacio en el asiento trasero, medio se arrodillaba en la silla, mirándome descendientemente y decía, -Usa mil retrecheras intrigas para que Candela cambiara el contrato matrimonial por ti, ¿no es solo por esto?-

Respiraba de dolor y ni siquiera podía responderle.

Solo quería que lo terminara rápido.

Pero el hombre seguía su movimiento, me agarraba el pelo con una mano y me insultaba, -¿Qué te finges ser inocente? ¿Ahora te arrepientes? Ya te digo, me calculaste y perjudicas a Jimena, ¡debes saber que tendrás más tiempo para arrepentirte!

Cuando el coche recorría el camino, él lo hacía hasta el final.

El hombre acababa después de que el coche se detenía.

Se sentaba a un lado, y ordenaba su ropa, abría la puerta y me decía, -Date prisa y ponte los pantalones-

Estaba muy cansada, y me apoyaba en el respaldo del asiento trasero, volvía la cabeza y reconocía dónde estábamos…

Era Oficina de Registro Civil.

¿Realmente quería obtener el certificado conmigo?

Pero estaba asustada, agitaba mis manos, -¡No!, ¡no!, no obtendré el certificado, iré a hablar con la abuela-

Tenía mucho miedo de que me asesinara, Estábamos haciendo el amor, pero él me miraba con odio.

¡Este odio era incluso más que lo de la noche de bodas!

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