Amor desgarrado romance Capítulo 18

Capítulo 18: ¿Puedes devolverme a mi esposo?

Por supuesto que Jimena sabía quién era el abuelo Rayan.

Usaba su mano sosteniendo levemente la bolsa de compras, apenas esbozando una sonrisa, y decía de una manera extraña, -¿Sí? Entonces te felicito-

No quería pelear demasiada con ella.

Lo pagaba, recogía mi tarjeta, salía de la tienda y compraba un par de tacones altos de color claro.

Esta vez yo aprendía a ser inteligente, primero verificaba el precio y luego me lo probaba.

Me preocupaba de que el conductor me esperara tanto, andaba rápidamente hacia la puerta después de comprar los zapatos, tan pronto como llegaba a la puerta, los sensores en ambos lados se hacían ruidos.

Dos guardias de seguridad se acercaban, me detenían directamente y decían, -Señorita, es posible que tenga elementos no magnetizados en su cuerpo-

Entonces, la gerente del centro comercial también llegaba, y me pedía que revisara los productos en mi bolsa de compras.

Se lo entregaba sin duda para que lo inspeccionara.

La gerente reconocía que me quitaban las tiras magnéticas de ropa y zapatos, volvía a atravesar la puerta del sensor, y seguía haciendo ruidos.

Debido a que compraba un vestido por valor de más de doscientos mil yuanes, la gerente se sentía un poco avergonzado por decir directamente que necesitaba revisar mi bolso.

Pero aun así yo tomaba la iniciativa de pasarle el bolso a la gerente.

El resultado era la gerente encontraba una pulsera de plata con una etiqueta desde mi bolso.

-No lo tomé-

¡Me sorprendía!

Tengo la impresión de que esta pulsera era del mostrador de la tienda donde compraba el vestido, ¿cómo podía estar en mi bolso?

Cuando estaba desconcertada, la empleada de esa tienda corría y ella veía la pulsera en la mano de la gerente y casi gritaba, -¡Así que está aquí! Pensaba que lo había perdido-

Jimena era seguida por ella.

La gerente le preguntaba a la empleada qué estaba pasando.

La empleada decía que había muchos clientes en la tienda en ese momento y cuando se daba la vuelta, descubría que la pulsera había desaparecido y estaba muy nerviosa.

Aunque la empleada no decía que yo la robaba, la encontraba en mi bolso, se mostraba todo, aun así explicaba, -No tomé esta, y no sé por qué está en mi bolso-

La gerente me echaba un vistazo, y decía con desdén, -¡Ve a hablar con la policía!-

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