Capítulo 25: Te aconsejo que estés tranquila
Cuando caminó hacia mí, mi corazón de repente se puso un poco nerviosa. Al fin y al cabo, regresé a casa con Yonatán por dos días seguidas, fue difícil explicarlo.
Hector se acercó y puso su mano directamente en mi hombro, atrayéndome dentro de su rango.
Yonatán me miró a mí y luego a Hector, pareció entender algo y sonrió dulcemente, -De nada, entonces me voy-
Tan pronto como Yonatán se fue, Hector me cogió en el cuello, me arrastró al sótano y directamente levantó la falda de mi traje.
-¡Que estás haciendo!-
¡Estaba muerta de miedo, luchando desesperadamente!
-Te jodo-
¡El hombre no paró sus movimientos, rompió mis medias violentamente y entró directamente!
-¡Ah!-
Grité de dolor, pero recordé que estábamos en un sótano, por si alguien volviendo a casa y escuchó nuestras voces...
Pedí misericordia, -No, aquí no...-
-¿Aquí no? Eres una puta, ¿todavía quieres acostarte en mi cama?- Hector me levantó de la pierna y me mordió el cuello y el hombro. -Dime, ¿alguna vez lo has hecho con él? -
Estaba sudado por todas partes, y cuando me mordió, me dolió mucho.
Pero estaba preocupanda por el bebé en mi barriga y no me atrevía a luchar más, así que tuve que hacer lo que quisiera.
Después de terminar todo, se ordenó los pantalones y dijo, -Julieta, ya que eres mi esposa, solo puedes tener a un hombre, yo, te aconsejo que estés tranquila-
Después de que Hector se fue, descansé en el suelo durante un buen rato, luego le envié a Yonatán un mensaje para pedirle disculpa antes de subir las escaleras.
Cuando subí, Alicia estaba haciendo su maleta, me dijo que iba a cursar al extranjero por tres meses y que se iba pronto.
Ella acarició mi pequeño vientre ligeramente, bromeando, -¡Cuando regrese, te convertirás en una mujer de gran barriga!-
Sonreí amargamente.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Amor desgarrado