AMOR REBELDE romance Capítulo 5

Sohan clavo sus ojos en Elliot con una expresión que variaba entre la sorpresa y la indignación. Su mano se había cerrado con fuerza sobre su muñeca, impidiéndole golpear a Kali, y había puesto a la muchacha detrás en él en un solo movimiento.

—No. —Lo escuchó decir con aspereza—. No me pida que respete su cultura si usted no va a respetar la mía. Y en la mía no se golpea a las mujeres.

Sohan se liberó de su agarre con un gesto exasperado, pero no replicó.

—¿Ya tomaste una decisión?

La mandíbula de Elliot se tensó en una línea perfecta y poderosa y tragó en seco antes de responder.

—Le ofrezco una disculpa por lo que sucedió anoche. Estoy dispuesto a asumir la responsabilidad por mis actos —dijo mientras su familia contenía la respiración—. Me casaré con su hija.

—¡¿Qué?! —la exclamación cargada de sorpresa de Kali lo hizo volverse para enfrentar unos ojos que eran como plata derretida, y estaban a punto de echar chispas—. ¡Pero claro que no!

Elliot gruñó con frustración y la tomó de la muñeca para arrastrarla lejos de todos.

—¡Suéltame! —exclamó ella y Elliot se dio la vuelta bruscamente, haciendo que se estampara contra su cuerpo.

Kali se quedó un poco aturdida, y se estremeció recordando la dureza de acero de aquel pecho. No había podido evitar tocarlo como si fuera algo perfecto, algo que ni siquiera sabía que deseaba…. Pero la voz de Elliot la sacó de su ensoñación.

—¡Cállate de una p**a vez! —siseó él por lo bajo—. ¡Que no haya dejado que tu padre te pegara no significa que no te merezcas unas buenas nalgadas, así que no me provoques! ¡Esto tampoco me hace ninguna gracia, pero no estoy dispuesto a arruinar a mi familia solo por una inconsciente como tú!

—¡Tu familia no tiene por qué arruinarse! Si tengo que hacer una declaración pública y decir que fue mi culpa lo haré, pero no voy a casarme contigo…

—Tú vas a hacer lo que yo te diga si quieres salir bien librada de esto —la amenazó Elliot—. ¡Si estamos así es por tu culpa así que ahora te aguantas!

—¡Eres un arrogante! —exclamó.

—¡Y tú una loca! —replicó él.

—¡Eres un… eres un…! ¡Ni muerta me caso con un hombre como tú! ¿Me oyes? —Ya suficiente tenía que soportar que los hombres de su familia le dieran órdenes como para también tener que aguantar que Elliot Davies se las diera—. ¡Ni muerta!

—¡No tiene que ser para siempre! —contraatacó él con rabia, hablando lo más bajo que podía—. ¿O te piensas que estoy feliz de casarme con una mujer fea?

Kali se echó hacia atrás como si acabara de abofetearla y Elliot quiso morderse la lengua. Solo lo había dicho para herirla, pero no sabía que iba a funcionar tan bien. ¿En qué momento se había convertido en un patán? No lo sabía, sin embargo, estaba demasiado cabreado como para pedir disculpas. Ella sacaba lo peor de él. Lo peor de lo peor.

—¿Eso qué significa? —siseó ella abriendo mucho los ojos—. ¿Qué si yo fuera una mujer hermosa no le pondrías peros a este matrimonio?

Elliot solo gruñó en respuesta y Kali entendió a la perfección. Era exactamente igual al resto de los hombres, no le importaba en lo más mínimo lo que tenía en el cerebro, solo si su rostro era lo suficientemente hermoso como para ser mostrado como un trofeo más.

Instintivamente se llevó las manos al velo, como si necesitara ajustarlo, y él reparó en aquel gesto. La vio cerrar los ojos y tratar de serenarse.

—¿Qué quieres decir con que no tiene que ser para siempre? —dijo muy bajo mirando hacia su padre.

Elliot respiró profundo y asintió.

—Solo quiero salir ileso de toda esta m****a en la que me metiste. Si nos casamos te irás a América conmigo, allá podremos divorciarnos y…

—¡Eso no va a pasar! ¡No seas iluso! ¡Después que te cases conmigo todo estará perdido! No conoces a mi padre, buscará la manera de que no podamos romper este matrimonio. ¿Crees que dejará que nos burlemos de él? —replicó ella con frustración.

—¡Pues tú creíste que podías salirte con la tuya! ¿O no?

—¡Yo sola sí! ¡Pero prefiero enfrentar la ira de mi padre sola que casarme contigo y…! —Kali se interrumpió en el mismo momento en que Elliot la tomó por los brazos y la acercó violentamente a él.

—¡Pues eso debiste pensarlo antes de meterme a mí y a mi familia en esto! ¡Así que vas a seguirme la corriente, y te vas a casar conmigo, y ya buscaré yo la manera de deshacerme de ti luego! ¿Me entendiste?

Kali forcejeó para soltarse y Elliot la agarró con más fuerza.

—¡Te odio! —rugió Kali mientras sus ojos se cristalizaban de la impotencia.

—¡Créeme, yo te odio más! —replicó él antes de arrastrarla de vuelta con el resto de su familia.

Sohan los miró con recelo. Él tenía cara de sentenciado a muerte y ella de insurgente en plena rebelión, pero no podía hacer otra cosa que revolverse inútilmente porque la mano de Elliot sobre su muñeca parecía un grillete.

—Ya puede anunciar lo que tenga que anunciar —siseó Elliot mirando a Sohan a los ojos.

—¿Estás seguro? Porque después que salga por esa puerta y anuncie el compromiso, ya no hay vuelta atrás —advirtió Sohan.

—Hágalo —respondió Elliot y Kali trató de soltarse de su mano.

—¡No…!

—¡Basta! —rugió Elliot en respuesta y ella le pateó la rodilla sin contenerse.

Elliot lanzó un gruñido de dolor, pero no la soltó hasta que ella terminó de desahogarse a gritos. Pero la realidad era que solo había dos personas que decidían en aquel asunto y Kali no era una de ellas.

—Lo único que me alegra de todo esto —espetó Sohan—, es que a partir de mañana ella será tu m@ldito problema.

Salió del salón, haciéndoles una señal para que lo siguieran, y todos caminaron tras él, con la estupefacción y el nerviosismo retratados en los rostros.

Kali no se molestó en cambiarse de ropa. Durante todo el tiempo que su padre anunciaba el compromiso estuvo a su lado, envarada, con los puños apretados y la rabia bailándole en los ojos.

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