Atracción Fatal de Ex-Esposa romance Capítulo 23

Amelia no quería enfrentarse a la mirada inexplicablemente enfadada de Ernesto. De todos modos, lo había dejado claro, así que no se quedó más tiempo y se dio la vuelta para marcharse.

Ernesto tiró de ella hacia atrás con rabia y la apretó contra el coche con indignación. La distancia entre ellos era tan estrecha que podían oler el aroma del otro, familiar y a la vez extraño.

Cuando se miraron de cerca, Ernesto se quedó helado.

Amelia era realmente una mujer hermosa, todos sus rasgos estaban en una armonía tan perfecta.

Hoy se ha maquillado, lo que la ha hecho más atractiva de lo habitual con la ayuda de la línea de ojos.

Ernesto no sabía qué le pasaba. Cuando no estaban divorciados, siempre la miraba con desprecio. La odiaba mucho, sobre todo cuando pensaba en sus maquinaciones contra él. Inesperadamente, después de un año de divorcio, ahora piensa que ella tiene un encanto apasionante.

En comparación con Ernesto, Amelia estaba tranquila, y su ceño fruncido mostraba su impaciencia.

—Sr. Ruiz, ¿qué está haciendo ahora? Me temo que no es apropiado que presione así a su ex mujer —dijo con un brillo de burla. Al oír eso, Ernesto se recuperó de repente y pareció avergonzado. Abrió la puerta y la metió en el coche:

—¡Sube!.

Al ver esto, Amelia no se resistió más. Tras abrocharse el cinturón de seguridad, se giró y miró por la ventanilla.

Seguía siendo tan prepotente y arrogante que nunca se preocupó por sus sentimientos.

Ernesto sacó una botella de agua mineral helada de la nevera del coche y se la entregó a Amelia:

—Puedes usar esto para aliviar el dolor.

Amelia lo cogió y dijo:

—Gracias.

Ernesto arrancó el coche y se marchó. No se dirigieron la palabra. El aire del coche se silenció por un momento.

Cuando el coche se detuvo en un semáforo en rojo, Ernesto volvió la cabeza hacia Amelia. Ella miraba la herida del brazo, con las delicadas cejas ligeramente arrugadas.

Le pareció que ella fruncía el ceño de dolor, así que no pudo evitar preguntar: