Atracción Fatal de Ex-Esposa romance Capítulo 8

Antes de que terminara sus palabras, Amelia le interrumpió con calma:

—En realidad no. He celebrado mi libertad.

Al terminar, instó con impaciencia:

—¿Vas a firmar o no?

Amelia sintió una intensa migraña. Sólo deseaba firmar el papel e irse a casa a dormir una siesta.

Ernesto apretó los dientes y la fulminó con la mirada. Cogió un bolígrafo y firmó con su nombre.

Ella había hecho una farsa. Si todavía no estaba dispuesto a firmar, significaba que no podía vivir sin ella.

Ernesto no lo permitiría.

Sólo permitiría que los demás no pudieran vivir sin él y le rogaran.

Tras firmar el acuerdo de divorcio, Amelia se puso la gorra y se fue. Había comprado el billete para volar a bordo esa misma tarde. Después de dormir una siesta, abandonó el país.

Se fue sin dudarlo. Anoche, su padre y su hermano no dejaron de llamarla al teléfono. Ella les transfirió todos los ahorros que había ganado con el trabajo a tiempo parcial de los últimos años y apagó el teléfono.

Como hija y hermana menor, había hecho lo suficiente para ayudarle.

Los reporteros habían esperado mucho tiempo fuera del tribunal pero no lograron ver a la misteriosa señora Ruiz. Sin embargo, vieron salir a Ernesto con una cara extremadamente irritada.

Los periodistas le rodearon. Uno de ellos preguntó confundido:

—Sr. Ruiz, ¿se ha divorciado realmente de su mujer?

No habían visto a su mujer entrar en el juzgado, así que estaban confundidos.

Ernesto le contestó enfadado:

—No es asunto tuyo, joder.

El reportero se quedó sin palabras. Ernesto se sentó en el coche y se fue.

*

Un año después.

Tymers Entertainment.

En cuanto Amelia y Nina salieron del ascensor, vieron a Ernesto saliendo del despacho de Lautaro Cabal con su asistente. Se chocaron en el pasillo.

Nina sostuvo una taza de café y tomó un sorbo. Al ver a Ernesto, casi escupió el café y le dijo a Amelia:

—¿Por qué tenemos tan mala suerte?

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