Atrapada en la Venganza de un Millonario romance Capítulo 2

Camino hacia el observando su elegante porte mientras espera por su copa de champagne y no entiendo cómo es que no está en uno de esos grandes anuncios de Calvin Klein en los centros comerciales.

— ¿Puedo acompañarte?— le pregunto cuando llego a su lado e intento no demostrar lo guapo que me parece.

« Sienna... no debes fijarte en él» Me dice mi yo interior, pero creo que ha llegado tarde.

Me mira de pies a cabeza con esos ojazos azules que tiene y luego los fija en mis ojos grises —Claro que puedes— me dice sonriente —joven, una copa de champagne para la señorita per favore—le dice al bartender y básicamente me derrito con su acento.

—Gracias— le digo con una sonrisa en mi rostro y luego agarro la copa— ven, vamos por allí—propongo señalando una de las mesas altas de cóctel que hay libres en un rincón.

—Nunca me hubiese imaginado que Mauricio tuviese una hija tan bella.—dice y amo como suena la palabra "bella" con ese acento italiano.

—Muchísimas gracias por el halago. — le respondo cuando vamos llegando a la mesa.

— Y ¿cuántos años tienes? —me pregunta luego de beber un sorbo de champagne.

—Veintiocho, ¿y tú? —pregunto y es que me está interesando demasiado conocerlo.

—Treinta y dos ¿así que trabajas con tu padre? — pregunta sin apartar su mirada de la mía y siento que me está desnudando con sus ojos.

« ¿Puede ser posible?»

—Digamos que soy la relacionista pública de la empresa. — explico, aunque la realidad es que mi trabajo es intermitente; voy cuando quiero y dedicó el resto del día a diseñar vestidos, los cuales me gustaría llevar a una realidad pronto.

Una media sonrisa se dibuja en su rostro mientras que se acerca a mí y se queda parado a mi lado — ¿Y esta copa conmigo forma parte de tu trabajo? —me pregunta de una manera que no se ni como seré capaz de seguir hablando. No sé qué pretende conmigo, pero es claro que el arte de la seducción es lo suyo.

—No. Esta copa contigo es porque yo quiero. — le respondo de la manera más segura que puedo y le regalo mi mejor sonrisa.

Me mira a los ojos y luego va bajando hasta mi escote, y luego vuelve a mis ojos como si nada. — ¿Acaso tu novio no se pone celoso? —

Río ante su pregunta y niego —no tengo novio. — confieso y bebo otro sorbo de champagne intentando mantener la compostura.

Sonríe de lado — ¿Cómo una mujer como tu está sola? — me pregunta y sin que me lo espere mueve un mechón de pelo detrás de mi oreja.

« ¿Está intentando seducirme o son ideas mías? »

—Es que cuando te rompen el corazón es muy difícil volver a confiar en alguien. — respondo sin rodeos y el me mira entrecerrando los ojos.

— ¿Crees en el amor? — indaga y vaya pregunta que me ha hecho.

—No, ya no ¿y tú qué? ¿Casado? ¿Comprometido? ¿De novio? — me atrevo a preguntar intentando quitar la atención de mi persona.

—Ninguna de las anteriores. El amor y yo no somos compatibles. — explica y me agrada bastante su filosofía.

—Es lo mejor.— preguntó y bebo otro sorbo de mi copa — ¿Ya has decidido si harás o no negocios con mi padre? — pregunto intentando cambiar de tema.

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