Atrapada en la Venganza de un Millonario romance Capítulo 31

El aire húmedo de esta ciudad invade mis sentidos. Cierro mis ojos, respiro profundo; e intento comprender qué es exactamente lo que siento ¿Soy capaz de seguir adelante como si nada hubiese sucedido? ¿Puedo dar vuelta la página? Quiero hacerlo. Esa es la verdad, pero de querer a poder hay un largo recorrido.

El ruido de mis tacones resuena en la acera; marcando el tempo de mis apresurados pasos y siento que busco huir de algo. Aún no sé si es de Lucas o de la culpa que me da el sentir todo esto que siento por él a pesar del daño que me ha hecho.

—¡Sienna! — le escucho gritar, pero decido ignorarlo.

Acelero mis pasos. Temo que si me alcanza yo caiga bajo el poder que tienen sus ojos azules. Temo que me convenza.

—¡Per favore Sienna! — grita nuevamente y un desnivel en la acerca hace que mi tacón se enganche y que yo caiga al suelo.

—¡Mierda! — exclamo con rabia al ver la manera que me he lastimado la rodilla.

—¡¿Te encuentras bien?!— me dice mientras se arrodilla frente a mí. –déjame verte. — me pide y al ver la sangre que sale de la herida que me he hecho, él quita un pañuelo de tela de su bolsillo.

«¿Aún se utilizan ese tipo de pañuelos?» me pregunto a mí misma mientras que el comienza a limpiar la herida con el.

—Te has lastimado mucho, creo que debería llevarte a una clínica o algo. — propone y niego.

—No necesito ir a ninguna parte, sólo quiero ir a mi casa. — me quejo e intento ponerme de pie, pero el dolor que siento en el tobillo es algo que no esperaba.

Mi queja de dolor es difícil de ocultar. Quiero pedirle que se aleje, pero no puedo ponerme de pie sola. Me ayuda y hace que me abrace a él para llevarme hasta el auto, «¿por qué tiene que oler tan bien?»

—Te llevaré a que te revisen el pie, creo que te has hecho daño. — me dice, pero decido no responderle.

Tengo rabia. Buscaba huir de él, pero aquí está pegado a mi intoxicándome con esa infernalmente sensual fragancia que utiliza. Le veo de reojo e intento disimular que lo miro, pero es imposible. Sus ojos azules se encuentran con los míos y me da una tímida sonrisa que dicen demasiadas palabras en medio del silencio.

—¿Si te han dicho que eres terca? — me pregunta y debo darle mi mirada de amenaza.

—Muchas veces. — replico de inmediato y ríe.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Atrapada en la Venganza de un Millonario