Atrapada en la Venganza de un Millonario romance Capítulo 93

3 días después

Cuanta diferencia hay entre aquella boda a la que me vi obligada y ésta. El vestido esta vez ha sido mi elección al igual que cada detalle de la decoración para la ceremonia y la fiesta, la lista de invitados la hemos hecho juntos y el menú de la comida lo hemos escogido y probado los dos.

En esta ocasión mis nervios al verme frente al espejo vestida de novia son completamente opuestos a los que sentí aquel día, hoy son de emoción por saber que él "sí" que daré frente al cura es uno lleno de certezas y ganas de unir mi vida a la de Lucas. Nuestra relación no ha sido perfecta, de eso estoy muy consciente, pero si no hubiésemos pasado por todo lo que atravesamos, quizás no lo amaría con tanta locura como lo hago hoy.

Respiro profundo e intento contener las lágrimas de emoción que amenazan con salir de mis ojos hasta que un golpe en la puerta me regresa a la realidad —¡adelante! — Digo lo suficientemente alto para que quien sea que esté del otro lado de la puerta me escuche.

Las puertas dobles de esta elegante habitación de hotel se abren y a través de ellas entra mi padre vestido con un elegante esmoquin que me hace sonreír –te ves guapísimo papá. — digo emocionada mientras él se acerca a mi observándome detenidamente.

—Tú te ves preciosa hija, es que eres toda una princesa — dice y me da un beso en la frente tal y como cuando era pequeña haciéndome sonreír.

—Muchas gracias papá— digo tan bajito que apenas me puedo escuchar a mí misma y le abrazo con fuerza, tanta que se ríe.

—Hija, se te arrugará el vestido— bromea y de a poco nos vamos separando para darnos espacio.

—¿Y Alejandro? ¿Ha llegado? — pregunto preocupada ya que aún no ha dado ni señales.

—Me ha escrito un mensaje diciendo que llegará a la recepción, que lamentablemente no podrá hacerlo a la ceremonia. — me explica y no sé muy bien qué es lo que él se trae entre manos, pero al menos vendrá.

—Bueno, algo es algo. — digo y sonrió.

—¿Vamos? Creo que ya es hora— me indica y asiento.

—Vamos. — afirmo y aquí voy del brazo de mi padre saliendo de esta habitación para encontrarme con lo que realmente es la boda que quise siempre.

Por los pasillos del hotel los invitados nos observan y no es para menos, mi vestido no es uno de esos que pueda pasar de ser percibido ya que no solo me hace ver como la cenicienta, sino que también disimula mi embarazo ya pasando el primer trimestre.

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