Aventura Amorosa romance Capítulo 3

Las lágrimas de Fionna cayeron sobre el cuerpo del niño gota a gota, a pesar de que le daba mucha pena, tenía que darle el niño a su padre.

Porque Fionna necesitaba dinero, además, por el momento no era capaz de criarlo.

En la vida había muchas cosas que no se podía elegir, y estaba experimentando una de las más crueles.

Cuarenta minutos después, alguien llamó a la puerta.

Fionna apagó las luces de la habitación antes de que la persona de afuera entrara.

Seguía siendo esa figura alta con su leve olor a colonia en la oscuridad. Parecía que nada cambió, lo único que había cambiado era que había un niño de más en esa habitación.

—Cuando te fuiste, se confirmó que no estabas embarazada. ¿De dónde viene este niño?

Mientras el hombre hablaba, sus ojos penetrantes se posaron sobre el niño que se movía en la cama. Aunque no podía ver su apariencia, podía sentir su fragilidad.

—El médico dijo que existen tal situación como la mía, que seguirían teniendo… el periodo todos los meses. No supe que estaba embarazada hasta más de cuatro meses.

Era la primera vez que Fionna hablaba de su privacidad con un hombre desconocido y parecía embarazosa.

—Me has venido a buscar después de haber nacido el niño. ¿Cuál es tu propósito?

El hombre tenía una evidente ira en su tono frío como siempre.

—Dinero, si no fuera por la necesidad urgente de dinero, no te daría el niño.

Fionna expuso los hechos. Si no fuera por el dinero, preferiría criar al niño en una vida dificultosa antes que dárselo, todo era por culpa del dinero.

—No parece que te faltase dinero recientemente. Odio a la gente que trama sus intenciones a escondidas, así que dime directamente tu propósito.

El hombre dijo con impaciencia e ira.

—No tramo nada a escondidas, piensas demasiado. Es cierto que debería acudir a ti cuando supe que estaba embarazada. Pero en ese momento, no estaba en crisis como ahora, y quería criar al niño por mi cuenta; no obstante, la realidad no es tan simple como pensaba. Realmente no tengo la capacidad para criarlo.

Fionna se obligó a contener la pena que sentía para poder contar las cosas con claridad. De hecho, nadie podía entender el dolor que sentía en ese momento.

—No es necesario que digas nada, tampoco es necesario que sospeches de mí. Hablemos de ello cuando hayas hecho una prueba de paternidad.

Fionna no quería hablar más con ese hombre. A pesar de que el niño aún era pequeño, no tenía memoria ni cognición, y mucho menos entendía de qué estaban hablando, pero esas palabras seguían siendo crueles para él.

Fionna sabía lo que sospechaba ese hombre, y comprendía su reacción, pero una prueba de paternidad podía resolverlo todo, ¿no?

—¿Crees que una prueba de paternidad puede resolverlo todo? Has estado fuera durante diez meses, ¿sabes qué se puede cambiar en tanto tiempo?

El hombre de repente rugió fuertemente, asustando al bebé que estaba en la cama.

El bebé rompió a llorar. Fionna se volvió apresuradamente para consolar al bebé, aunque no podía ver la expresión de su rostro, era evidente el instinto maternal que sentía por el niño.

—No llores bebé, no tengas miedo, estoy aquí.

El bebé parecía estar realmente asustado, no importaba cuánto lo calmara Fionna, seguía llorando fuertemente. Así que, Fionna solo pudo usar la leche materna para aliviar el miedo del bebé.

Fionna puso el niño en sus brazos, le dio la espalda al hombre y comenzó a amamantar hábilmente. No obstante, esa serie de acciones hizo que el hombre frunciera el ceño.

El bebé finalmente dejó de llorar y se quedó dormido al cabo de un rato.

Fionna dejó el niño en la cama con suavidad y se volvió hacia el hombre de nuevo. No podía ver la cara del hombre como antes, pero podía sentir el aura fría del hombre.

—Habla en voz baja y no asustes al niño.

Primero se lo avisó y luego continuó hablando.

—No sé por qué me gritas, tampoco me interesa saberlo. Estoy aquí hoy para hablarte sobre el niño. Si quieres confirmarlo puedes ir a hacer una prueba de paternidad, pero si no estás dispuesto a criarlo, me lo llevaré de inmediato. Es verdad que no tengo dinero, pero tampoco le dejaré morir de hambre.

Fionna continuó sin darle la chance para interrumpir.

—Además, solo dejo una oportunidad para ti. Si no lo aceptas, mi hijo y yo nunca vendremos a esta villa. Pero por favor, no nos vengas a buscar más en esta vida.

Después de que Fionna terminó de hablar, se dio la vuelta para abrazar al bebé, pero el hombre la agarró violentamente. Como pilló a Fionna por desprevenida, directamente se arrojó a los brazos del hombre cuando se dio la vuelta, chocando con su fuerte pecho.

—Ah…

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