Bebé por Contrato (COMPLETO) romance Capítulo 86

Estoy sentado en el sillón de la sala, la vista desde aquí es hermosa, podemos ver el mar y el atardecer. Llevamos más de 7 meses viviendo aquí y es lo mejor que pudimos hacer, Stephan, Jania y Janne se desarrollan felices. A Kelly le duele que estemos separados de su familia pero la paz que tenemos como pareja no la cambiamos por nada. Vivimos en constantes vacaciones, despertamos felices y dormimos felices. La empresa está siendo atendida por William y cuando es necesario hacemos videollamada, me a resultado bien, no hay ningún problema y esto me permite estar todo el día con mi familia.

-Papá -Janne me jala del brazo,- Jania me jalo el cabello -se queja, busco a Jania con la mirada, esta se ríe sin remordimiento alguno, a pesar de que solamente tienen tres años con cinco meses, Jania se a vuelto la niña más rebelde y desquiciada.

-Jania, debes de pedirle perdón a tu hermana porque lo que hiciste estuvo mal- la tomo de la mano y trato de no infringirle miedo.

-No quiero- esta niña me volverá loco.

-Bien, cuando estés lista para pedirle perdón hablamos- la dejo sola jugando y Janne viene conmigo. -¿Quieres un helado?

-Si papá -grita con emoción, la llevo a la cocina donde está su madre, su bella madre.

-¿No pueden dejarme un minuto sola?- se queja, Kelly nunca a sido una mujer hogareña pero desde que estamos aquí ella es ama de casa las 24/7, yo le propuse contratar a alguien pero ella quiere una vida sencilla y normal, lo peor es que cuando intento ayudarle terminamos peleados porque no le gusta como hago las cosas.

-Janne quiere helado, sólo tomaremos un poco y te dejaremos sola- hago lo que digo y salimos de la cocina pero el grito de Kelly me detiene.

-Es hora de cambiarle el pañal a Stephan, ve y hazlo- a pesar de que su petición suena autoritaria para mí es un placer atender a mi hijo, desde que llegó al mundo lo he hecho, con gusto y amor, nadie me obligó, simplemente lo empecé a hacer porque es mi obligación de padre.

-Ahora mismo bebé- siento a Janne en el sillón con su tazón de helado en las mano.

-Quiero- pide Jania pero yo simplemente la ignoro porque su hermano está empezando a llorar. Miro a Stephan quien tiene los pulmones de acero, llora tan fuerte que me aturde los oídos.

-Hola Stephan- lo saco de la cuna y lo paso a la cama. Preparo el pañal, el talco, las toallas y un nuevo traje.- vamos a cambiar al pequeño más guapo-y no lo digo porque casi es idéntico a mí, lo digo porque es verdad. Lo único que tiene de parecido con Kelly son los ojos porque todas sus facciones son las mismas que las mías, es un mini yo. -Vamos a poner más guapo a Stephan porque hoy vienen visitas- mañana es el cumpleaños de Kelly así que hoy llega toda su familia a España. El avión de la empresa viene lleno, William viene a parte, Liz y él han terminado definitivamente. Creo que a Liz no le costó tanto soltarlo pero a Will le fue peor, lo conozco, cuando se enamora profundamente de alguien es una causa perdida.

El timbre suena y con Stephan en brazos voy a abrir la puerta, como lo esperábamos la familia de Kelly aparece enfrente de nosotros, todos hacen bulla al ver al bebé, los gemelos lo miran mientras Liz lo carga.

-Pasen-me hago a un lado para que las señoritas pasen, ayudo a los chicos con las maletas- pueden ponerlas allí.

-Gracias hermano- dice Dale quién sostiene todas la cosas de Liz, sospechoso pero no es mi problema.

-Dios mío, están todos aquí, hola- saluda Kelly demasiado feliz, reparte abrazos a todos, miro a mi mujer. A pesar de todo su cuerpo asentó demasiado bien, le crecieron un poco los pechos y las caderas se le ven más pronunciadas. Bajó tres kilos en un solo mes, el que sea nutrióloga la ayudó mucho, es una mamá pero sobretodo una mujer hermosa...

KELLY

Me miro por el espejo, eo vestido que elegí es el mejor, cuello alto y largo hasta las rodillas y pegado al cuerpo. Me veo elegante y sexy de una forma recatada, por color nude de mi vestido lo acompaño con unas sandalias negras.

-¿Puedo pasar?- Barry me mira desde la puerta, su mirada viaja de mi cabeza a los pies.

-Claro que sí guapo- hoy estoy tremendamente feliz, mi familia entera está aquí para festejar mi cumpleaños.

-Eres muy bella- se acerca a mí y me da un beso en la frente, -cada día me despierto agradecido de tenerte y cada día me maldigo por no haberme dado cuenta de lo mucho que te amo, de lo mucho que vales y sobre todo de lo mucho que me amas.

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