Besos de un infiel romance Capítulo 15

El domingo había llegado y con eso el cansancio, tanto corporal como mental me estaba sobrepasando, Luz dormía a mi lado acurrucada como un bebe. Mi mente estaba mil pensando en que hacer, mañana tendría trabajo y no me sentía del todo bien, tendría que arreglármelas por mi cuenta para poder llevar esta casa, pagar las cuentas, la comida, gastos externos, joder.

¿Por qué me hiciste esta mierda Sebastián?

Seque las lágrimas que se habían acumulado en mis ojos, culpare al periodo que está cerca de llegarme.

— ¿Mamá? — la voz de Luz me saco de mi trance, tenía los ojos hinchados y el pelo revuelto.

— Hola, mi amor. — deje un beso en su frente y me sonríe con una tristeza que me cala los huesos. — Te estaba esperando para ir a desayunar, tengo muchas ganas de pancakes.

Los ojos le brillan cuando nombro los pancakes y eso me alegra.

— ¡Con Nutella y fresas!

Asiento contagiándome de su felicidad.

— Vamos, vamos. — salimos de la cama aun en pijama y me es inevitable no extrañar su presencia, pero hago caso omiso a mis pensamientos.

Llegamos a la cocina y comienzo a sacar la harina, un batidor junto con un bolw, luz trae los huevos y la leche.

— Mami este es el último pote de fresas. — lo dice en susurros como si algo le preocupara.

— Pues vamos a la tienda para comprar más. — me volteo para tranquilizarla.

— Pero… ¿Cómo traeremos todo las dos? — su ceño se frunce como si estuviera dudando al decir lo siguiente. — Papá nos llevaba en su auto y ahora nosotras no tenemos auto…

El corazón me da un vuelco y trato de que la voz no se me quiebre cuando me pongo de cuclillas frente a ella, está mirando las fresas para no mirarme y tomo de su mentón, los ojos los tiene cargado de lágrimas.

— No llores mi vida. — quito cada lagrima con mi pulgar intentando no quebrarme. — Todo va a estar bien, nosotras podemos pagar un taxi para que nos traiga a casa con todas las compras.

Asiente haciendo un puchero.

— Es que yo extraño mucho a papi. — solloza y le quito las fresas para atraerla hacia mí.

— Lo sé cariño, lo sé y lo siento tanto. — digo con mucho dolor.

— ¿Papá nunca volverá con nosotras, cierto? — murmura aun pegada en mi hombro, pero un poco más calmada.

Tome aire antes de responder.

— No, hija, pero eso no quiere decir que él dejará de su tu padre, vendrá a verte, pasaras tiempo con él solo que no será a diario porque él tiene que descansar…

— Y no lo hará es esta casa. — me interrumpe cargada de nostalgia y con mucho pesar asiento.

Le doy un beso en su frente antes de cambiar el tema y nos disponemos a preparar nuestro desayuno, Luz busca mi celular y pone una playlist de las canciones de Disney. Una hora mas tarde estamos hinchadas de tanto pancakes con fresas y Nutella.

— ¿Qué tal si vemos una película? — propone Luz y asiento.

— Vale, tu escoge una mientras yo ordeno aquí. — nos levantamos de la mesa y comienzo a fregar la loza sucia, ahora solo seremos dos y es poco lo que lavo.

¿Qué estará...?

No mejor no iré por ahí, pensarlo me hace mas daño y yo solo quiero dejar de sentir esa horrible opresión en el pecho.

Vuelvo a la sala y Luz ya esta viendo “La bella y la bestia”

— ¡Oye! ¡Empezaste sin mí! — la regaño y se ríe cuando me tumbo a su lado, la atraigo a mi regazo y hago cariñitos en su cabello.

La película va en la parte donde bella canta y todo el pueblo la mira, llega a buscar un libro de amor y ruedo los ojos.

El amor es un asco.

A la mitad de la película Luz se esta quedando dormida y le propongo ir a comprar fresas y otras cosas que nos hacen falta.

— ¡Si! ¿Podrías comprarme un chocolate?

— El que quieres mi vida. — le respondo con una sonrisa.

Vamos a mi cuarto, la baño a ella primero, masajeo su cabello y luego la seco con cuidado, luego vamos a su cuarto y la ayudó con su ropa.

— Me voy a bañar, quédate aquí, Luz, no tardó. — mi hija asiente y se va a jugar con sus juguetes a la esquina.

Voy a baño, me desnudo y miro su cepilló de dientes y las ganas de llorar me invaden, pero lo ignoró entrando a la ducha, el agua cae por mi cuerpo relajándome como no lo hacía hace días.

Trato de bañarme rápido para no dejar tanto tiempo sola a Luz, es tan inquieta a veces que puede caerse de las escaleras o que se yo.

Me seco el cuerpo, el día está un poco frío así que optó por botas largas, leggins negros y un polo de lana color crema, seco mi cabello y llamo a Luz para secar el de ella y no enfermarnos.

Bajamos las escaleras tomo las llaves y el dinero, no me han pagado, pero por suerte tengo algo guardado. Siento que el dinero que ganó no me alcanzará y eso me desespera porque son muchos los gastos.

El taxi lo pediré cuando nos vengamos, ahora nos iremos en un bus, así que caminamos a la parada más cerca.

— Mami, tengo sed. — me dice Luz.

— Mi amor cuando llegamos al supermercado te compro algún jugo.

— Pero es que tengo sed, ahora. — insiste.

— Mira viene el bus, apresúrate para subirnos y no tener que esperar. — corrimos juntas de la mano y llegamos con los pulmones latiendo a mil al sentarnos.

Tardamos diez minutos en llegar a la tienda, ingresamos al local y agarramos un carrito para agregar la mercadería.

Unos paquetes de pastas, jugos y fruta fueron lo que agarramos.

— Mami, quiero este jugo. — dice Luz llegando con una pequeña caja de jugo de naranja.

— Está bien hija, déjalo en el carro. — dije mientras buscaba algún café de mi gusto.

— Yo quiero beberlo ahora, tengo sed mami. — se quejo mi hija.

— Luz tenemos que pagarlo primero, luego te lo tomas. — le dije mientras tomaba una café para dejarlo en el carro.

Llevaba varias cosas, espero que me alcancé el dinero.

— Papá lo abría y luego lo pagaba. — que nombre a su papá me altera el sistema.

— Pero yo soy tu mamá y primero lo pagamos. — afirmé y termino dejando el jugo en el carro.

Camino adelante de mi sin dirigirme la mirada, ni la palabra hasta que llegamos a la caja a pagar.

Si será enojona.

Cuando el chico me dice el total pude respirar en paz, aunque no por mucho porque había gastado todo el dinero y tenía cuentas que pagar a fin de mes.

— Toma enojona, dame un beso y te doy el jugo. — le dije a Luz mientras le estiraba el jugo.

Se me tiró a darme un beso desestabilizándome por un segundo.

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