Boda bajo un contrato romance Capítulo 11

Una firma apresurada.

Minutos después.

Un algodón pasa sobre la nariz de la rubia Lucrecia, haciéndole volver en sí, sintiendo a su vez, que alguien la tenía tomada entre sus brazos, ella esta aturdida por las copas, sus ojos se abren lentamente, aunque algo empañado y nuboso, pero segundos después recupera la visibilidad de sus ojos, todos estaban con los ojos clavados en la joven Lucrecia, mientras el atractivo Jeff, acaricia su melena súper larga y lisa cabellera.

—¿Cómo te sientes amor? —Pregunta Jeff.

Solo la palabra amor hacia que su alma se estremeciera, cuando cariño había en una persona que apenas horas atrás conoció, y ahora esta casada bienvenida a la vida real, que más da, tenían que simular que se conocían y que ahora su vida seria distintas, aunque había reglas.

—Estoy bien, querido solo tengo algo de calor, este vestido largo me hace sentir calor —dice la joven evadiendo las copas que minutos atrás se tomó, sin que nadie la viera.

—Lamento todo lo que te pasa, es mucho estrés el que te manejas —le dice Vera.

—Es de noche —dice ella.

—Lo es amor —dice Jeff.

Jeff sin pensarlo, la toma entre sus brazos nuevamente, y se la lleva a la silla matrimonial, un camarero lleva una agua con sabor azúcar, para que ella lo ingiriera.

—¿Qué sucede pequeña? —Pregunta el atengo Jeff.

—¿Qué pasara mañana? —Pregunta ella detenidamente.

—No lo sé, pero cada dia trae su propio afán —le dice el depositando un beso en su mejilla.

—Tranquila, por cierto, nos iremos ya, hay que llegar a nuestro luna de miel a la hora que se indicó —le dice Jeff.

—No me recuerdes ese tema —dice la molestia joven Lucrecia.

—Es luna de miel, recuerda que no hare nada de lo que tu no quieras que yo haga —dice el joven apuesto con esos ojos brillosos.

—Lo siento, no sé qué estoy diciendo, es mejor irnos de aquí, y se que hay una limosina esperándonos —responde la dulce joven, agarrando la mano de Jeff, un poco temblorosa, deposita un beso en la mejilla de él, haciéndole entender que solo esta pasando por una crisis.

La intervención de la madre entra en acción.

—Hija te espera la limosina —le dice su madre feliz, ajena a lo que realmente sentía su hija Lucrecia.

Lucrecia alza su mira y le dice: ´—´Madre ya, tranquila, te hare una carta, ok, solo para que sepas que proyectos tengo en mente´´—dice mientras entrelaza sus dedos en su cabello, cuando ve que alguien extraño se acerca.

—Veo que hay una boda real, y que el amor les une, entonces he visto suficiente, toma este contrato, para que termines la Universidad bajo una beca completa, tu decides si lo haces presencial, o virtual —le dice el hombre masculino de aspecto limpio y serio.

La pobre lucrecia no tenia ni cabeza para pensar.

—Si es real, se nota, bueno como sea, leeré el contrato y lo firmare y se lo dejare llegar no se cuándo —le dice lucrecia.

—Debes firmar ya mismo, porque desde que entra en vigor antes mejor te recibirán decide si virtual o presencial—le advierte el hombre.

—Hija solo firma, yo ya releí 30 veces el contrato, en resumen, solo no debes bajar de 8 de nota para mantener tu beca es de ochos, nueves y dices, no puedes permitirte ni un siete, hija, solo firma, estas aturdida lo sé, pero firma —le dice la madre con voz desesperada.

Jeff se queda observando a la rubia, le toma sus manos y dice:

—Firman amor, te ayudare, estaremos juntos en esto, te ayudare, bebita solo firma —le dice el joven Jeff con esos ojos brillosos, como si fueran un cristal.

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