Boda bajo un contrato romance Capítulo 20

El lenguaje de las miradas se figuran, donde el viento seria testigo de la romántica pareja, los ojos nunca mienten, mas ahora que podrían hacer lo que quieran, algo hacia que la rubia Lucrecia, no quiera separarse jamás de esos brazos con que las amarra Jeff.

—¿Qué? —Le pregunta la rubia mientras dibuja una sonrisa de placer ante su mirada fuerte.

—Nada bonita, déjame ayudarte con el zíper ¿Puedo? —Le pregunta mientras la rubia Lucrecia se sonroja.

—Si puede lindo —le dice ella con voz romántica.

Lucrecia se da la vuelta, suspira, y siente como las suaves manos de Jeff bajan por su espalda, bajando el zíper del vestido.

Ella gira su cabeza para verlo, y su mirada le dice al mas que un gracias, aunque ella no esté más cerca íntimamente con él, pero ambos saben que hay algo más, ella entra al vestidor sonriéndole.

Caso seguido ella dentro del vestidor se pone su bikini, y al salir, los ojos de Jeff se vuelven mas brillosos que nunca, no podía imaginar la dimensión de lo que el sentía por ella, mas al verla de esa forma, la esbelta figura de Lucrecia la hace ver mas bella ante los ojos de él.

—¿Qué tal me veo? —Le pregunta mientras Jeff tiene mas ganas de pegarla a la pared, pero el es muy respetuoso no hará nada sin que ella le diga algo.

—Hermosa —suspira.

—Acércate más —le dice Lucrecia.

Jeff sin dudar se pega a ella, y lucrecia mientras le hace ojitos, y el la mira con una mirada tierna ella suelta su primera pregunta.

—¿Todo esto lo haces porque estamos bajo un contrato que nos podrán anda por habernos casado bajo un contrato, o solo estas actuando a la perfección o es real lo que miro en tus ojos, o no dime? —Pregunta mientras acerca sus labios, y un aliento de suspiro sale de la boca de Jeff, poniéndose nervioso ante su pregunta.

—Nuestro contrato nos permite hacer cosas como estas, recuerdas, mientras estemos juntos no debemos estar con nadie mas que no seamos nosotros mismo, si salimos tiene que ser juntos, no podemos estar haciéndole ojitos a otras personas, en mi casa a chicas, y en tu caso hacerle ojos a otro chicos —dice Jeff con voz nerviosa.

—Tu y tus negocios, pero en tu mirada no creo que actúes un papel tan perfecto, yo creo que me enamore de ti, y al final y al cabo creo que ya no me importa el contrato, tú eres mi esposo, el correcto, si el destino nos unió, no creas que no observo o no se leer miradas de ternura reales, te lo digo porque nunca me miraron como me miras, tu, y menos me encienden como tú, nunca había sentido electricidad como cuando tu me pasas rosando mi espalda o mis mejillas, se me hace que ambos nos enamoramos, y tu abuelo supongo que confía en mí, aunque este sea nuestro secreto, creo que tu y yo terminaremos con un bebe —le dice segura de sí misma.

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