Boda bajo un contrato romance Capítulo 31

Al dia siguiente.

Lo que menos quería la rubia era levantarse de su cama y encontrarse con su tutor quien la asesoraría en sus clases, para obtener solo promedios de nueves y dieces y bueno en cuanto a los ochos no se puede dar el lujo de siempre sacar eso de nota.

—Amor bello, sabes que soñé con bebes toda la noche, jugueteando y yo corriendo por toda la casa, aparte que tu estabas allí besando mis labios como siempre y jugando con las bebes son niñas, estábamos bajo las estrellas, al parecer era noche, y pues era navidad, porque observe las luces y pues amor te veías feliz, es que cada vez te quiero mas cerca mía, y no quiero ir a la Universidad yo sola mas que ese tutor me desespera, y recuerda que yo siempre tendré ojos para ti, quiero que seas el padre de los bebes que algún dia tendremos, total recuerda, que ese contrato no vale nada, lo que me aflige es otra cosa, de que vean que los papeles anteriores son falsos, me entiendes por la fecha que firmamos, bueno eso lo arreglaremos después, ayer en la noche la pase increíble, me dejaste sin palabras —dice la rubia Lucrecia feliz.

Michelle hace su intervención tocando la puerta de la habitación, antes de que las palabras de Jeff fluyeran por los aires.

—Pase —dice Jeff entre sabanas.

Michelle entra y solo se queda asombrada, viéndole a los dos.

—Buenos días ya esta la comida, para que después se alisten para salir, por cierto, su tutor ya esta esperándola en la puerta señorita Lucrecia —dice Michelle.

—No lo quiero verlo —dice Lucrecia.

—Me temo que si lo vera —dice Michelle.

—Que espanto —murmura Lucrecia.

—No te preocupes amor tranquila —dice Jeff.

—No lo soporto —dice Lucrecia.

—¿Te dijo algo? —Pregunta Jeff pensativo.

—Si, dijo que pondría reglas, el me da pereza, la verdad, no entiendo porque mis padres quieren que no me saque en triste ocho en la vida, no entiendo nada —dice lucrecia ajena a lo que sus padres planearon.

Unos pasos se escuchan Lucrecia pega un brinco en la cama, y ve que unos ojos verdes se acercan donde esta ella, en la intimidad de la habitación.

—Pensé que estarías lista, y arreglada, ya que aun estas el cama, así no llegaras lejos con tus notas, tu primer dia de clases y es como que, si fueras al matadero, por cierto, te llevare yo a la universidad soy el encargado y cambia esa expresión de tu cara plis —Añade el joven Héctor con aquellos ojos verdes.

—Es obvio que tengo que irme contigo, a la Universidad, mi modo que me venga a traer un extraterrestre —dice Lucrecia levantándose de la cama, con su pijama elegante aquella que le regalo Jeff.

—No me lo estás haciendo nada fácil niña —dice Héctor.

—Niña, no soy, yo soy una mujer, y no soy ignorante, me caes mal, sabias eso, lo Hare por mi madre, pero no es que me guste estar a tu lado, que horror cuando seas mi tutor, escucharte me sangraran los oídos —dice Lucrecia.

—Amor, Calma plis, no te ha hecho nada malo, no entiendo por que la mala onda con el —dice Jeff.

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