Boda bajo un contrato romance Capítulo 9

´´¿Quieres bailar conmigo? 'piensa el rubio, y tambien la forma en lo que se lo dirá Jeff a lucrecia.

El flash de la foto interrumpe el pensamiento de jeff.

Termina la sesión de fotos, Lucrecia suspira, y esta muriendo de hambre, así que solo busca la mesa donde haya mas boquitas, ella sabe que, para llegar a la mesa, debe subir las gradas y caminar un aburrido pasillo, con un vestido de boda largo, ¿Cómo rayos harían eso?.

El rubio Jeff la mira con ojos de amor, se acerca a su oreja estremeciendo a la rubia de inmediato, los ojos de la rubia se abren.

—Me permites llevarte adonde están las boquitas, se que tienes hambre —le susurra.

La rubia se siente confundida, pero a la vez le gusta lo que esta experimentado.

Las manos del rubio toman su cuerpo cargándola en brazos, subiendo las gradas y caminando un pasillo alfombrada, para llegar a donde están las mesas, justo donde esta la comida, y un hermoso pastel de chocolate con fresas frente a sus ojos, su boda soñada, solo que fue diferente, aunque le gusta, ya que el rubio es atento con ella.

El rubio pone suavemente y con delicadeza a la rubia en la silla matrimonial, que los mismo padres de Julio habían diseñado y escogido para ellos, con globos, pero en este caso el rubio tomaría su lugar, los padres de Julio están muy apenados por lo sucedido ellos no tenían idea.

—Lo lamento, juro que no lo sabía perdóname, oye no queríamos hacerte sentir mal y si antes ya tenías un pretendiente, no te culpo, por haberte casado con alguien que quizá vale la pena, no como mi hijo que te quemo la pata con otro, si te hubiera casado con él, él te hubiera engañado —interviene la voz de la madre de Julio.

—Lo siento mucho —interviene la voz del padre.

La rubia dirige su vista ellos dos y dice:

—No importa pasado es pasado, y dejen de recordarme eso tan negativo, quiero estar tranquila es mi boda ahora, y este hombre con el que me ya estoy casada no solo si vale la pena y lo amo, yo ame a su hijo en algún momento, pero cuando me entere que mi propia amiga me mintió todo se fue abajo —le dice la rubia.

—Lo lamento, sabes que felicidades, nosotros nos vamos ya, es lo mejor que podemos hacer, necesitamos hablar varias cosas con nuestro hijo —dice la madre agarrando la mano del padre de Julio y retirándose del lugar.

La rubia lucrecia no dijo ninguna palabra, Jeff aprovecha para acercarse, y sobar la lisa cabellera de la rubia.

—No tenias por que llevarme cargada hasta aquí —le dice La rubia.

—Escúchame nadie lo hará como yo, nadie te va a amar como yo, espera que pasen los años y entenderás de que hablo, el no valía la pena —le dice el rubio Jeff con toda autoridad.

—¿Cómo estas tan seguro? —Le pregunta la rubia.

—Tipos como el no te convienen mi pequeña chica de camanances perfectos —le dice el romántico Jeff.

—Que divertido eres —le dice la rubia la cual se le dibujan una bella sonrisa, dejando surgir sus camanances.

—Tu eres mas divertida es nuestra boda, y el pastel es rico, escuche por allí, que la cena ya la vendrá a dejar, y se que tienes hambre mi pequeña —le dice con voz suave y clara.

—Veo que te tomas enserio tu papel de actor de dramas —le dice la rubia.

—Y tu cuando me miras, ese brillo en tus ojos me dice muchas cosas —le dice Jeff.

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