Cállate/Cállame BL romance Capítulo 19

No puedo creer que tengamos una nueva misión colectiva y que esté relacionada con un nuevo omega, la única diferencia es que esta vez no fue secuestrado, más bien es un trabajo de protección, prácticamente hacemos el papel de un guardaespaldas, ya que debemos seguirlo a todos lados.

La idea me resultaba muy fastidiosa, cuando mi jefe me lo mencionó claramente le dije que no quería, incluso le aseguré que prefería cualquier otra cosa, pero él me dijo “Venga, hazme este favor” seguido de un “haré que trabajes con Allan”

No podía negarme a eso, él me ha hecho muchos favores, así que tuve que tragarme el disgusto y fingir que deseaba este trabajo. Claro que me alivia saber que iremos con 3 chicos más, y esos tres chicos tampoco quieren participar.

Ver su sufrimiento es muy divertido para mí, además yo estoy a cargo, así que prácticamente lloriqueaban tratando de oponerse. Obviamente Allan era el único que no se oponía, a él en realidad no le importa hacer el papel de un guardaespaldas, así que era el único que aceptaba esta misión sin quejarse.

Se supone que debemos viajar hasta la casa del omega, queda a cuatro días de nuestra ubicación, así que naturalmente hacemos pausas en diversos puntos para dormir y continuar con nuestro viaje en carretera, una de las peticiones fue que llegásemos en nuestro propio auto, ya que deseaban que trasportáramos al omega como un ciudadano normal, mientras que el resto sigue los demás autos.

Era algo sencillo, conducir por la carretera era divertido cuando podía hacer competencias con los demás, incluso en las noches arrendábamos una habituación de algún motel y descansábamos en habitaciones separadas, sin embargo, cuando llegamos recordé lo fastidioso que era todo este trabajo.

El chico claramente es un engreído que nos trata como su sirviente, al nada más vernos sentía que lo odiaba, su presencia me resultaba fastidiosa y su forma de hablar me irritaba. Jamás pensé decir esto, pero estaba consiguiendo que repudiara a los omegas.

Lo peor es que ni siquiera hemos iniciado el viaje, seguimos en la ciudad en donde vive y definitivamente mi jefe no mencionó que debía pasar tanto tiempo con este problema.

–Tengo hambre– dijo de pronto, deteniendo su paso mientras pensábamos regresar a los autos para dejar las cosas que él compró– tú, encárgate de las compras y el resto irá conmigo a comprar algo de comer– dijo mirándome con superioridad.

–Mira chico…

–Yo lo acompañaré– me interrumpió Allan con tal de impedir que peleara con el omega.

–No, me da más seguridad cuando estás cerca– dijo de un modo dulce, viéndolo con claro interés romántico.

Por supuesto que Allan me miró al instante, sintiendo mi fulminante mirada que le advertía de cierta manera el desastre que podría causar si no me deja tomar el control de la situación, sobre todo porque ¡yo estoy a cargo! Aquí las órdenes las doy yo.

–Eh…–soltó Allan pensando en qué decir para no cagarla.

Yo obviamente no quería continuar allí, así que me acerqué al omega notando como los cuatro chicos parecían un poco asustados, todos conocen lo fácil que es fastidiarme cuando tratan de obligarme a seguir sus órdenes.

El omega estaba seguro de que éramos sus sirvientes, ya pasé un día entero siendo paciente, por ende, lo tomé de la barbilla apretando un poco su piel notando como rápidamente fruncía el ceño con disgusto y cierto dolor.

–No estoy aquí para seguir tus caprichos– le dije viendo como abría la boca para reprochar, pero apreté más su rostro– nos iremos al auto y te callaras ¿ok? –le dije alejando mi mano con tal de entregarle sus bolsas, o al menos las que yo llevaba– muévete– le exigí dándole un ligero empujón para que comenzara a caminar.

Obviamente los cuatro chicos se quedaron completamente callados viendo como el omega caminaba hasta el auto refunfuñando, lo mejor es que en el ascensor dijo “Le informaré sobre esto a tu superior” haciéndome reír.

De un momento a otro se formó un silencio muy incómodo, ninguno de mis compañeros quería hablar, además cuando llegamos al auto esperamos que el omega guardara sus propias cosas mientras fingía que no podía, incluso lloriqueaba con tal de que alguien le ayudara a guardar sus bolsas en el maletero de los autos.

Solamente eran bolsas de ropa, todas fueron dejadas cerca del maletero para que pudiera simplemente inclinarse un poco y meterlas al auto, pero el omega estaba exagerando muchísimo en cuanto a su peso, casi como si levantara algo de treinta mil kilogramos.

–Por favor–lloriqueaba– no puedo, Allan ayúdame, por favor…–le suplicaba mirándolo hasta con lágrimas en los ojos.

Lo peor es que Allan dio un paso al frente queriendo ayudarlo, pero como estaba al lado de él, puse mi brazo por delante impidiéndole que avanzara. Ambos nos miramos a los ojos, casi incluso discutiendo por la situación.

–Acabemos con esto– me dijo Allan, ya fastidiado.

–No–le dije mirando al omega– las cosas pesan menos de un kilo, deja de lloriquear y apúrate– agregué.

–Ethan– me susurró Allan– tardaríamos menos si le ayudamos.

–¿Y? –pregunté mirándolo a los ojos–no tengo prisa.

Curiosamente el omega pudo guardar sus 35 bolsas sin ningún problema, no se le rompió ninguna mano ni mucho menos tuvo una reacción alérgica, era obvio que sólo deseaba que otro hiciera el trabajo. Nosotros no vinimos para acompañarlo a comprar, nuestro único objetivo es llevarlo de un punto a otro, de hecho, llevarme bien con él tampoco es parte de la misión.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Cállate/Cállame BL