Carta Voladora Romance romance Capítulo 14

Dentro del despacho, Julio golpeaba rítmicamente su dedo índice sobre el escritorio.

Parecía estar esperando algo.

Después de otros cinco minutos más o menos, Félix volvió:

—Sr. Sainz, hubo algunos giros, pero lo conseguí.

Julio levantó lentamente los ojos:

—¿Qué giros y vueltas?

—Las imágenes de vigilancia de la calle de Bienvenida se habían sobrescrito hace mucho tiempo, y las de hace seis años no son fáciles de encontrar. Entonces vino un chico que arregla ordenadores y me dijo que lo tenía. Me dijo que el accidente de coche de hace seis años fue importante y que había guardado la grabación de entonces. Sabía que estaba buscando la grabación y vino a dármela.

Después de que Félix terminara, miró con cautela al señor Sainz:

—En el vídeo sí se ve cómo el coche de la señorita Semprún es golpeado por otro coche azul. ¿Quiere verlo?

Era un Audi azul el que conducía Octavia entonces.

—No —Julio se mostró indiferente mientras seguía dando instrucciones:

—Dame las cosas y dile a ese informático que no diga nada a los demás.

—Entendido.

Félix había estado con el Sr. Sainz durante muchos años y, naturalmente, sabía exactamente a qué se refería. Estaba claro que el Sr. Sainz no tenía intención de hacerlo público, ni quería que su ex mujer fuera a la cárcel por ello.

Julio miraba fijamente el bolígrafo que tenía en la mano y se perdía en sus pensamientos.

Después de un rato, recogió su abrigo y volvió a la Mansión de los Sainz.

Acababa de llegar al vestíbulo cuando oyó risas procedentes del interior.

Giuliana y Sara debían estar hablando de algo divertido, y el ambiente era muy cordial. Incluso Ricardo, que suele ser travieso, estaba sentado tranquilamente mirando su teléfono.

Giuliana se fijó en la puerta y se levantó a toda prisa:

—Julio, has vuelto.

Sara le sonrió, con un aspecto dulce y elegante.

Julio asintió y entregó su chaqueta a la criada:

—¿De qué hablas? Estás muy contento.

Sara miró a Giuliana y habló:

—La tía me estaba hablando de tu infancia. Es interesante.

Giuliana fingió estar enfadada:

—Sara, no me llames tía. Eres mi futura nuera, así que deberías llamarme mamá.

La cara de Sara se sonrojó y miró tímidamente a Julio:

—Es demasiado pronto.

—Todos somos familia. No seas tímido. ¿Tengo razón, Julio? —Giuliana se burló de ellos a propósito, e incluso Ricardo intervino al momento:

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