Carta Voladora Romance romance Capítulo 7

Al ver que se mostraba reservado, Octavia sintió curiosidad:

—Dime primero y decidiré si quiero ir.

Alexander suspiró impotente:

—Octavia, no sería una sorpresa si te lo digo.

Al ver su cara, Octavia no pudo evitar reírse.

Julio salió de la puerta justo a tiempo para ver a un hombre que se acercaba y susurraba al oído de Octavia.

Octavia sonreía tan felizmente, y sus ojos brillaban con fuerza.

Estaba a punto de entrar en su coche, pero se detuvo y se volvió para mirarlos fríamente.

Nunca había sonreído así desde que se casaron.

Sus oídos se llenaron de su interminable parloteo sobre asuntos triviales, y ella parecía cautelosa cada vez que lo miraba.

A él no le gustaba mucho que fuera así y le resultaba molesto.

No sabía que después de su divorcio, ella era una persona diferente, radiante de adentro hacia afuera.

¿Fue por ese hombre?

Julio se burló.

¡Una mujer que engañaba a su marido no merecía ni siquiera una mirada de él!

—¿Sr. Sainz? —Al ver que su jefe no había subido al coche, Félix Carvallo, el ayudante, se lo recordó con cautela.

Julio retiró los ojos y subió al coche:

—Vamos.

Félix no sabía si era sólo una ilusión, pero le parecía que el señor Sainz estaba enfadado y su cara daba tanto miedo...

Octavia acababa de subir al asiento del copiloto cuando vio salir a Julio de reojo.

Mientras el coche avanzaba, ella miraba aturdida los árboles que pasaban a toda velocidad.

Alexander vio su abatimiento y ocultó en silencio las emociones de sus ojos:

—Octavia, ¿en qué estás pensando?

Octavia volvió a la realidad y sonrió:

—Nada.

De perfil, los rasgos de Alexander estaban más definidos. Realmente tenía la cara de un modelo.

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