Casados por Error romance Capítulo 2

El gemido femenino irrumpió el silencio sepulcral en la habitación, la joven mujer se llevó una mano a la cabeza.

El dolor era terrible.

—Juro que jamás volveré a beber —gruñó, mientras abría y cerraba los ojos, tratando de adaptarse a la luz que se filtraba por las ventanas.

La mujer trató de recordar lo que había sucedido la noche anterior, pero los recuerdos que le llegaron eran los de su novio con su mejor amiga, teniendo relaciones sobre el escritorio. Jamás hubiese pensado que Nicholas fuera tan poco hombre para engañarla de esa manera.

—Canalla —masculló enfadada.

Se pasó la mano por su rostro y el brillo en su dedo le llamó la atención.

—¿Qué demonios? —preguntó al ver la argolla en su dedo anular. Sin embargo, no le prestó atención porque una voz la distrajo.

—Deja de hablar, la m*****a cabeza va a estallarme —se quejó el hombre…

Un momento… ¿Hombre?, pensó Emma y como si su mente embotada hiciera clic se giró para ver el cuerpo desnudo de un hombre acostado a su lado.

—¡Mierda! —gritó lanzando al hombre fuera de la cama.

—¿Qué demonios te pasa? ¿¡Por qué diablos me tiras de la cama!? —gritó enfadado el hombre hasta que se fijó en la mujer en la cama.

—¡¡¡Tú!!! —gritaron al unísono.

Emma Collins jamás en su vida se había sentido tan perdida y nunca se había encontrado sin palabras como en ese momento. ¿Qué diablos hacía Ryan Black en su cama?

—¿Qué demonios? —preguntó Ryan al ver su cuerpo desnudo y ver a Emma envolverse con la sábana de seda de la cama de hotel.

¡Santo Cristo! ¡Estaba en un hotel con la hija de su socio y mejor amigo!

—¿Qué fue lo que me hiciste, Ryan? —preguntó Emma enfadada.

—¿Qué fue lo que te hice? —preguntó con los ojos muy abiertos—. Pienso que lo mejor sería preguntar ¿Cuál es tu juego esta m*****a vez? Chiquilla pervertida.

—¿Qué es lo que me has dicho? ¿Crees que es un juego? Estás loco Ryan Black, ¡jamás en la vida se me habría ocurrido acostarme contigo!

—Pues yo contigo tampoco me acostaría. ¡Primero muerto que tocarte de esa manera! —gritó muy enfadado por la situación.

Ryan no podía creer que Emma fuera capaz de llegar a tanto. En los últimos dos años le había gastado muchas bromas, pero ninguna había rebasado los límites como ahora. Esto definitivamente se salía de control.

Esto rebasaba todas y cada una de las que le había hecho en el pasado y no pensaba tolerar hasta ese punto las travesuras de la muchacha.

—¿A dónde piensas que vas? —preguntó Emma al verlo recoger sus prendas y caminar hacia el cuarto de baño.

Ryan no respondió a la pregunta de la joven y en su lugar cerró dando un portazo que hizo saltar a Emma del susto y mientras él se vestía. Ella lo hizo rápidamente en la habitación.

—¿Qué fue lo que sucedió? ¿Qué fue lo que hice anoche? —se preguntó la joven.

El anillo volvió a brillar al recibir un rayo de luz y la respiración se le cortó.

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