(COMPLETO) El Loco De Mi Prometido romance Capítulo 19

Sam se había ido a su casa al dejarme aquí, así que no tenía apuro alguna para volver a bajar, por lo que aproveché el tiempo disponible para leer los archivos verificados de la administración de los hoteles en mi oficina. Si bien no estoy del todo familiarizada con el ambiente laboral pero prácticamente crecí en el, me concentré lo máximo posible para hacer esos datos funcionar en mi mente.

Estaba tan inmersa en las paginas que no me percaté del escándalo fuera hasta que entraron de golpe a mi oficina.

—Señor Augier, le dije que no se le permitía pasar a la oficina— mientras mi secretaria trataba de detener inútilmente el paso de Nicolas, él insistía en avanzar hacia mi.

—Esta bien Mia, yo lo resuelvo—Mia se fue dejándonos a mi y a Nicolas solos en la oficina, no podía darme el lujo de involucrar a más personas en esto, así que opté por escuchar lo más tranquila posible lo que esté hombre tuviera que decirme —¿Qué estás haciendo aquí Nicolas? Deberías estar en tu casa recuperándote todavía.

—¿Por qué no volviste, Alice?— su pasos siguieron avanzando hacia mi, mientras hablaba —Ni siquiera llamaste para saber si había mejorado, estuve esperándote todo este tiempo, ¡MALDITA SEA! Pensé que habíamos avanzado, pero tu te empeñas en alejarte de mi cada vez más.

—Nicolas, baja tu tono de voz, no estamos en tu territorio como para que me andes tratando como se te antoje, contrólate— este es prácticamente mi primer día de trabajo, todos mis empleados han de estar pegados a la puerta queriendo saber qué ocurre, no puedo dejarme pisotear por este imbécil.

—¿ Acaso crees que me importan esas personas a esta altura después de todo lo que he hecho por ti? La única que quiero que me escuches eres tú, si no lo haces por las buenas, lo harás por las malas, aún si eso signifique que todo el edificio se entere ¿Por qué no quieres ver que te amo, Alice?

—Nicolas, lo único que quiero en este preciso momento es estar sola, vete mientras te lo pido por las buenas, por favor— creo que usar su propio juego en contra podría servir, no necesito todo este planteo de amor tóxico en este momento, cuando tengo tantas cosas dando vueltas por mi cabeza.

—Si fuera así no te habrías acostado con Lancaster o McQuoid— al oír tales palabras, no pude evitar que mi mano impactara su rostro, lo que dijo me había provocado una furia implacable. Lo que to hiciera y con quién no es de su incumbencia, esto está por llegar a su fin.

—¿CÓMO TE ATREVES A DECIRME ESO? TU NO ERES NADIE PARA HABLARME ASÍ, ¿ME OISTE? ¡YO SOY LIBRE PARA HACER LO QUE QUIERA CON MI VIDA!— por más de que quería evitar todo escándalo posible en la oficina, no tuve mejor idea que gritarle para ponerle los puntos.

—No, no lo eres, en lo absoluto— ahí vamos de nuevo, oigamos lo que tiene para decir esta vez —No voy a cancelar nuestro compromiso, eres mi futura esposa, tu escúchame bien— esta vez se acercó lo sufiente para dejarme sin espacio personal, me empujó y me acorraló contra la pared detrás de mi escritorio, acercando su cuerpo al mío al instante —Si vuelves a dejar que alguno de esos imbéciles te toque, los mataré. Tu eres mía, Alice Wilson, y tarde o temprano te casarás conmigo quieras o no— luego de soltar aquellas amenazantes palabras, me dio un rápido beso en los labios, se alejó de mí y salió de mi oficina azotando la puerta.

Aún me temblaban las piernas por la adrenalina del momento por lo que tuve que sentarme si no quería terminar en el suelo. Nicolas Augier, de verdad que le ruego a Dios que tu no seas el padre de mi hijo...