(COMPLETO) El Loco De Mi Prometido romance Capítulo 37

Yo y mi bocota, me había metido en un lío del cual tenía que salir de inmediato, no sé en qué debí estar pensando como para mencionar eso, que desastre.

—No es nada, Nicolas— tratar de evitar el tema es el plan uno.

—Las mencionaste, dime, ¿te amenazaron o algo?— su mirada denotaba curiosidad y deseos de comprensión.

—No, no las he visto recientemente— plan número dos, negar lo sucedido.

—Si te hicieron algo te juro que se las verán conmigo— aquella mirada duró poco, ahora se veía cierta furia en sus ojos.

—Ya te dije que no, Nicolas. Solo lo dije porque son mujeres que se preocupan y quieren lo mejor para ti y, tal vez, ante sus ojos yo no soy lo mejor para ti— plan dos, llevándose a cabo progresivamente.

—Eso no es cierto y lo sabes— conozco todo el amor que dice tener por mi, la necesidad, el deseo pero no soy la indicada para él.

—Si lo es, Nicolas— demos por finalizada la ejecución del plan dos, ya no quería seguir hablando de esto, siempre termina mal, lo sé por experiencia.

—Alice...

Cuando vi que habíamos llegado a mi edificio, me bajé rápidamente del auto sin decir absolutamente nada, si continuaba un segundo más al lado de Nicolas no podría aguantar las ganas de echarme a llorar y abrazarlo.

Me dirigí lo más rápido posible a mi entrada, cuando entré en mi apartamento estaba tan agitada y segura a la vez, no me había dado cuenta de que todo este tiempo estuve aguantando la respiración, por lo que respiré con profundidad.

—¿Qué te pasa, Alice? Estás muy pálida, ¿Te sientes bien?— una muy sorprendida Sam saltó desde su asiendo hacia mi para analizarme.

—Nicolas...— aún no recuperaba el aire correctamente, ese nombre salido de mi boca sonó tan tétrico.

—¿Qué sucedió? ¿Te hizo algo?— de la impresión que le causaron mis palabras, me tomó fuerte e inconcientemente de ambos brazos.

—Él me esperó fuera del trabajo,aun así lo tarde que salí, me invitó y fuimos a cenar juntos—no quería entrar en detalle pero sabía que con Sam eso no iba a ser posible— todo iba tan bien hasta que nos besamos.

—¿¡SE BESARON?!— una cara de espanro se hizo presente, pero lo duró mucho, me dirigió hasta el sofá y los sentó —¿Y qué más?

—Nada, no pasó nada— traté de contener la risa por el cambio repentino de actitudes y sí pude— En realidad, fuimos un poco más allá pero tuve que ponerle un freno, tuve miedo de que viera la marca de mi cesárea.

—Tu no aprendes, Alice. Su mamá hace apenas unos días vino y te dio una cachetada y tu ya estás de nuevo babeando tras de él— me molestaban sus palabras pero porque eran ciertas,tan ciertas que no quería asimilarlo.

—Perdón, pero es imposible para mi ignorar mis sentimientos y mantenerme firme cuando estoy frente a él, de verdad no puedo— no sé en qué momento todo se tornó así, fue todo un trayecto desconocido y retorcido.

—Definitivamente mi amiga ha quedado flechada— me dijo mientras rodaba sus ojos y movía sus cabeza a la par.

—¿Qué voy hacer, Sam?— me levanté del sofá y fui acercándome a la cuna que se encontraba en la sala para ver cómo se hayaba Samuel, se veía verdaderamente lindo mientras dormía.

—Alice— no quería dejar de verlo pero giré mi cabeza y la miré para darle a entender de qué la había oído —¿Por qué no le hace una prueba de paternidad a Nicolas de una vez por todas? antes de que esos sentimientos que estás sintiendo compliquen más las cosas.

—¿Cómo voy hacer eso, Sam? Sabes que ni él ni nadie puede enterarse— soy capaz de todo por mi hijo pero esto es algo que tendré que evitar.

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