(COMPLETO) El Loco De Mi Prometido romance Capítulo 46

Luego de ese pobre pero eficiente juego mental con David, procedió a desatarme, me ayudó a levantarme y a salir del lugar oscuro donde me tenía. Cuando salimos de ahí, me había dado cuenta de que estábamos en una de sus tantas casas, me reconfortó saber que no habíamos salido de la cuidad aún.

 

—Vamos, Alice, te llevaré para que te des un baño— no era lo que necesitaba exactamente pero no me venía mal.

 

—Gracias, David— me guió hasta el baño y me dejó sola para que pudiera ducharme —Si piensas que me quedaré aquí, David, estás verdaderamente loco— susurré para mi misma, mientras me encargaba de echarle un vistazo a los alrededores.

 

En el baño había un gran ventanal al lado de la bañera, no sé cómo pude pero lo abrí y me asomé para ver si era seguro salir.

 

Me encontraba en un segundo piso, así que tenía que tener cuidado al bajar, en especial

 

porque mi cesárea aún no tenía ni dos meses, no estaba completamente sana. Salí por la ventana intentando sostenerme por los muros hasta dar al balcón de una habitación, miré hacía dentro y esta estaba vacía.

 

Crucé sigilosamente la habitación hasta llegar a la puerta  rra muy extraño pero, al parecer los únicos en esta casa éramos solo nosotros dos, no oía ruidos ni había rastros de alguna otra persona en los alrededores.

 

Analizado lo anterior, bajé por las escaleras lo más rápido que pude, llegué a la puerta y la abrí empezando a correr sin mirar atrás, no tenía idea cuanto corrí pero llegué a una autopista y, ante mi señales, por suerte alguien se detuvo a ayudarme.

 

Espero que este sea un escape exitoso, no sé hace cuánto estoy lejos de casa pero ya extraño a mi familia y amigos...

 

—Señor Augier, hemos buscado posibles pistas que den con el paradero de su prometida, pero

 

sea quién sea que haya hecho esto es un profesional, no dejaron rastro— no quiero creer lo que oigo ¿Por qué les es tan difícil averiguar algo del paradero de Alice? ¿Acaso no revisan cámaras, no preguntan por testigos, nada?

 

—¿TENGO QUE SALIR A BUSCARLA YO MISMO? SON TODOS UNOS INCOMPETENTES, NO LES PAGO TODO ESE DINERO PARA QUE NO ENCUENTREN NADA ¡QUIERO A MI MUJER AQUÍ YA MISMO!— ya no estaba paciente como tolerar la inutilidad de estas personas.

 

—Hijo— interrumpió mi madre y la miré —debes calmarte, Nicolas, enojarte y gritarle a las personas no resolverá nada.

 

—Madre no estoy para charlas ahora, yo mismo saldré a buscarla— tomé mis llaves y salí a toda prisa de mi casa mientras mi madre me seguía.

 

—Hijo, espera no puedes irte en ese estado— me giré para hacerle saber que no me detendría pero esta tenía la mirada fija en un punto detrás de mi.

 

 

—Nicolas— al escuchar esa conocida voz me giré sin titubear.

 

—¡Alice! — corrí a abrazarla, ¿Mis ojos no me están engañando, no? —Alice... pero ¿Cómo?

 

—Estoy aquí, Nicolas...Te extrañé mucho— no pude evitar darle un beso, liberando mi preocupación de no haber sabido donde estaba.

 

—Te extrañé, pensé que te perdería si no sabían de tu paradero— ya estaba decidido a salir a buscarte por mi cuenta y te iba a encontrar cueste lo que cueste.

 

—Tenía dos grandes razones para volver— quería quedarme abrazado a ella para siempre.

 

—Este momento es perfecto, Nicolas pero, me gustaría ver a Samuel— lo entiendo han pasado muchas horas desde la última vez que lo vio.

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