(COMPLETO) El Loco De Mi Prometido romance Capítulo 50

Ya había sido llevada al hospital, entré, me dirigí a su habitación, solo me quedaba enfrentarlos a ambos.

—Alice, que bueno que al fin llegas, Nicolas no ha dejado de preguntar por ti— Dios, esto es muy difícil, ni siquiera lo he visto y ya me cuesta ocultarlo.

—¿Cómo se encuentra él?— trataré de evitar el tema lo mejor posible, no podía alterarlos más.

—Me sorprende lo fuerte que es, está excelente. Aunque no puedo decir lo mismo de ti, ¿Qué pasa cariño?— definitivamente la mamá de Nicolás era capaz de ver las cosas más allá.

—Solo estoy agotada, es eso— no es mentira pero es toda la razón.

—Entiendo, entra cariño— me dirigí a la habitación de Nicolas mentalizando no mostrarle ninguna señal que le hiciera darse cuenta de lo que estaba pasando.

—No sabes cuanto me alegra ver tu rostro nuevamente, Alice— me acerqué a su cama sin decir nada y lo besé.

—Me diste un susto horrible, ¿Por qué hiciste eso? No debiste interponerte— por más que piense tanto en lo que está pasando con Samuel, no puedo dejar de lado sus acciones.

—Porque te amo, daría mi vida por ti— de verdad quería disfrutar plenamente este momento pero mis pensamientos estaban en nuestro hijo.

—Debes descansar, Nicolas— toda esta situación me estaba destruyendo.

—Me recuperaré pronto para que podamos tener nuestra boda, vamos a ser felices juntos, te lo prometo— las palabras de Nicolas estaban apuñalando mi corazón de madre, el solo pensar que esa mujer tiene a mi bebé me estaba enloqueciendo.

 Estuve a punto de considerar decirle lo que estaba pasando a Nicolas pero gracias a Dios

sonó mi celular.

—¡Sam!—  no esperaba que tan rápido.

—¡ALICE, YA SABEMOS DONDE ESTÁ ROSALIE ESCONDIDA!— no podía creer que ya tuvieran esa información.

—QUÉ! DON...¿Dónde?— najé mi voz y traté de sonar calmada al notar la mirada intrigante de Nicolas hacía mi llamada.

—Te veo en el apartamento de David en veinte minutos— ¿Acaso oí mal?

—¿Qué tiene el que ver con esto?— David no podía seguir causando problemas desde el más allá, ¿O sí?

—No lo sé pero vamos a averiguarlo— colgué la llamada ansiosa.

—¿Todo bien?— me preguntó Nicolas aún curioso.

—Yo...debo irme, tengo algo de urgencia que hacer en la empresa— mejor excusa que esta no se ocurrió.

—Está bien, ve— al parecer no tuvo inconveniente con dejarme ir, él más que nadie sabe los desastres que pueden ocurrir si no se manejan bien y a tiempo las cosas en la empresa, sólo que no tiene nada que ver con la empresa lo que debo hacer.

—Volveré a verte en cuanto resuelva esto, te amo, cuídate— dejé un beso en su frente y salí del hospital.

Cuando aparqué en el apartamento de David mi cerebro estaba funcionando a mil por hora pero, de algo estaba segura, esta mujer se iba a arrepentir de haber secuestrado a mi hijo. Salí del auto viendo a Sam parada en la entrada con varios hombres junto a ella.

—Sam— la llamé con un leve grito.

—Alice, estamos listos para entrar por el