(COMPLETO) El Loco De Mi Prometido romance Capítulo 6

Dispuesta cómodamente a seguir las ordenes de aquella persona, envolví mi cuerpo en una amplia toalla y traté de arreglarme un poco para no verme tan desastrosa al salir del baño. Ya un poco más presentable, abrí la puerta con un poco de curiosidad hacia aquella mujer, ya sin esa separación entre nosotras fui capaz de ver su cara, una cara conocida, un poco de decepción llegó a mi junto al recuerdo de sus acciones pero no la sorpresa de saber quién era. Sin charla de por medio, nos dirigíamos hacia algún destino desconocido para mi, otra vez por ese interminable y frustrante pasillo. Llegadas a donde supongo nos correspondía estar, tomé asiento en el primer lugar que vi disponible para ello, el dolor de mi tobillo me estaba matando y, mientras, observaba la gran habitación repleta de espejos y espacio de almacenamiento sin ocupar, la mujer que me guio hasta aquí me habló.

—Yo, antes de lo que va a suceder, quisiera disculparme auténticamente con usted, Señorita Alice.—fue así como esta mujer agachó su cabeza ante mi en señal de lamento— no sabía que estaba sucediendo en ese momento, es decir, sabía que la prometida del Señor Augier iba a estar hospedándose en esta casa pero no tenía permitido acércame a usted sin autorización previa. Aquel día, me sorprendió mucho hallarme con una mujer dañada caminando desolada por la carretera, realmente tenía la intención de ayudarla al verla en esa situación pero, en ese momento, me hallaba trabajando, así que sucedieron las cosas según el jefe las decidió. No tengo mucho poder sobre mis acciones pero, de haberlo sabido, me hubiera abstenido de salir en aquella desafortunada ocasión para que tuviese al menos más tiempo para huir de este lugar...

Un silencio inundó aquella vacía habitación, yo me bloquee tratando de entender esa situación inesperada, me desconecté del mundo por segunda vez en el día, tanto que no me enteré cuando fue que aquella mujer había abandonado en la habitación, dejándome sola con mis pensamientos. Pasados unos momentos, se abrió la puerta y entró esta mujer pero junto a una compañía inesperada, un esbelto y alto caballero, con un muy marcado estilo, lleno el vacio del lugar con su elegante personalidad.

—Señorita Alice, el modista ha venido a verla— entonces entendí toda la situación ¿Modista? sabía que la intención de Nicolas al traerme aquí era nuestro casamiento pero no sabía que contaba con tal prisa con que suceda.

—Muchas gracias, por esa agradable y llena de vida presentación, Amanda— dijo con sarcasmo el hombre —Permítame presentarme ante usted con un poco más de clase—retirando su sombrero, dejando a la vista una muy arreglada cabellera, se inclinó ante mi, justo como, la ahora conocida "Amanda" hizo momentos atrás—Me han de conocer por mi amplio historial trabajando con muy conocidos artistas y gente de alto nivel, soy Leo, un autodenominado gurú de la moda, hoy estoy aquí para ofrecerle mis servicios, madame.

—Disculpe pero no deseo ver a nadie en este momento— aunque admito que su presentación fue cautivadora, no me encontraba en buen estado mental ni físico como para prestarme ante la situación.

—Lamentablemente, él no se irá de este lugar hasta cumplir su cometido— replicó Amanda —Él señor Augier le dijo que si era necesario tendría que quedarse hasta que hayan finalizado una pequeña selección de vestidos, es difícil pedirle esto pero, por favor, coopere— esta vez ella se acercó bastante preocupada, intentando persuadirme —Por favor, no haga sufrir al pobre hombre, él sólo hace su trabajo, no conoce la situación— me susurró al oído.

No quiero que nadie pague por mis problemas con Nicolas.

—Bien, hagamos lo que debamos de hacer— anuncié con mis mejores ánimos.

—Está bien, comencemos con esto, que nos va a llevar un buen rato— no sé cómo pero Leo trajo todo una tienda a la casa—Me han pasado un portafolio con tu historial de moda así que, en base a eso, traje unos vestidos que creo que podrán ser de tu gusto...

Ya casi acabado el día, finalizamos con la selección de vestidos, hubo muchas opciones las cuales me dolió descartar pero creo que llegamos a un buen resultado. Leo estaba seguro de haber encontrado el vestido perfecto para mí, la verdad se veía mucho más emocionado que yo pero ¿cómo culparlo? él esta aquí por su gusto y devoción, en cambio yo sólo soy el capricho que Nicolas quiere como esposa.

Aún así con el último vestido puesto, no siento aquellas descriptas ansias que debería sentir como novia, pero me dispongo a admirarlo con detalle, era un vestido largo de una seda brillosa fina, completamente ceñido a mi figura pero holgado por la parte trasera, con un escote cruzado cuyas mangas recaían por debajo de mis hombros, una pieza sencilla pero hermosa, muy fiel a mi estilo.

—Ay, pero ¿Por qué esa cara? estás hecha una diosa con eso puesto, no arruines mi obra de arte con tu expresión—De repente colocó una cara de espanto, como si algo imposible pudiese pasar—Por todos los sagrados alfileres, ¿Acaso no te gusta el vestido?

—No, descuida, sí me gusta y mucho—

Leo suspiró aliviado, como si hubiese estado apunto de que le diera un infarto y yo me admiro un poco más en el espejo—¿Podría pedirte un favor?

—Claro que sí, hermosa, dime— respondió como si fuese el hombre más dispuesto del mundo.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: (COMPLETO) El Loco De Mi Prometido