(COMPLETO) El Loco De Mi Prometido romance Capítulo 7

Me quedé dormida por un momento en aquella habitación después de tanto llorar, si bien traté realmente de conciliar sueño, desperté en la madrugada por un ruido próximo a la puerta. Luego de un instante, me acerqué como mi curiosidad me dictó, no fue hasta que estuve cerca que esta se abrió y apareció un Nicolas dañado y empapado en sangre, no tuve tienpo de asociar la situación cuando cayó seco contra el piso.

—Nicolas... ¿¿Estás bien??— por más enojo que haya de por medio, no podía ignorarlo en una situación así de grave.

—Perdóname, Alice, por favor... No supe como controlarme— mirándome a los ojos y sujetándose de mi brazo escupió esas, ahora, inútiles palabras.

—Esperame aquí, buscaré ayuda—me safé de su agarre y no dudé en salir corriendo en busca de Kevin, Amanda o cualquiera dispuesto a ayudar mas no hallé a nadie cerca.

Cuando crucé el primer piso en dirección a la cocina vi la puerta de la entrada abierta, seguro Nicolas debió haberla dejado así al entrar en ese estado, era un momento perfecto para salir de esta infernal casa pero aún sabiendo eso, corrí a la cocina en busca de alguien y así pasó.

—Kevin, Nicolas... herido en la... habitación, se ve realmente...—había corrido tan rápido que, en consecuencia, perdí el aliento pero, gracias a Dios, Kevin logró entenderme porque se levantó con prisas a tomar un botiquín que se encontraba en la cocina y traté de seguirle el paso hasta la habitación donde se encontraba Nicolas.

Cuando finalmente llegamos, Kevin entró para curarlo ágilmenteme, sorprendió ver la cara de indiferencia que tenía, como si el verlo así no fuera nada nuevo para él.

—¿Estará bien?— pregunté ansiosa por una respuesta.

—No se preocupe, señora Augier, sus heridas no son graves, el señor Augier suele encontrarse en este estado a menudo.

—¿Por qué?— no es que sorprendiera su contestación pero quiera saber la razón detrás de sus acciones.

—Es su forma de apaciguar sus pesares y sus deseos difíciles de alcanzar...— me reveló mirándome a los ojos, tratando de decirme algo con ellos que pude pero no quise haber entendido.

Luego de curarlo y asegurarse de que lo llevasen hacia la habitación más cercana para dejarlo descansar lo más posible, Kevin nos dejó solos. Pasé toda la noche despierta cuidando de él, algo dentro de mí me impedía dejarlo solo en ese estado. Quizás mañana me arrepentiría de no haber aprovechado la oportunidad de escapar que se me presentó, pero ahora debía disponerme a cuidar de él, verlo así de indefenso y calmado fue lo que me provocó aquel sentimiento, ya que los únicos aspectos que conocía de él eran de un hombre que consigue todo lo que quiere cuando quiere, pero ahora era solo un hombre dolido, un hombre maltratado que necesitaba que lo cuidasen.

En la mañana que no tardó en llegar, desperté sin la compañia de Nicolas por lo que, asustada, me levanté a buscarlo desesperadamente, me extrañó poder salir de la habitación tan fácilmente pero después de todo no tenía la misma seguridad que la mía, así que no me interesé más por eso y recorrí mis alrededores sin éxito, hasta que me topé con Amanda.

—Disculpe, ¿Tiene idea de dónde y cómo está Nicolas?— le pregunté a la ocupada Amanda, cual cargaba junto a ella las bandejas del desayuno.

—Buenos días, señorita Alice. El señor Augier se encuentra en su habitación, ¿Desea que lo llame por usted?

—No, está bien, yo iré hacia él. Muchas gracias.

Me dirigí hacia su habitación y cuando llegué a la puerta titube un poco, no sabía si era correcto entrar y molestarlo después de la noche que tuvo. Aún así, calmé mis pensamientos y golpeé, esperé unos segundos pero no contestaron, quizás le había pasado algo mientras descansaba, así que decidí abrir la puerta y entrar sin aviso. Acción de la que me arrepiento, porque Nicolas no reposaba en su cama cómo lo había pensado sino que estaba apoyado sobre el marco del baño, libre de prendas para ser detallistas.

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