(COMPLETO) El Loco De Mi Prometido romance Capítulo 9

Después de pasar un tiempo de caridad de tantas horas, sola en mi habitación, tratando de evitar un encuentro con Nicolas, Amanda se presentó exaltada frente a mi puerta, abriéndola me dijo

—SEÑORITA ALICE, TIENE QUE ACOMPAÑARME, POR FAVOR— y sin dar detalle alguno, salió en marcha hacia las escaleras y yo la seguí sin dudarlo.

—¿Podrías explicarme que está sucediendo, Amanda?— Por más apuro que teníamos, y no sé por qué razón, Amanda me dio mis tiempos para alcanzarla ya que, por más de tener su tiempo, mi herida en el tobillo aún no sana correctamente.

—Yo no puedo explicar mucho la situación porque no la entiendo— dijo siguiendo el trayecto hacia la puerta de entrada de la casa—tendrá que verlo por sus propios ojos, señorita Alice.

—Pero, ¿Qué es lo tan escandaloso qué puede estar sucediendo allí afue...?— no fui capaz de terminar de formular mi pregunta, toda aquella nombrada situación se hizo visible antes mis ojos, algo impensable estaba aconteciendo en el jardín del frente de la casa. Una situación aún más escandalosa que la que había vivido horas atrás, una que alteraría mi día más que aquella, también.

—¡NICOLAS, SÉ QUE TIENES A ALICE AQUÍ, ASÍ QUE MEJOR DA LA CARA, MALDITO DESGRACIADO!— exclamó con brusquedad la voz que más conozco en este mundo.

—¿Cómo te atreves a venir hasta mi casa a gritarme y reclamarme a estas horas de la noche? ¿Quién te crees que eres para darte el lujo de invadir mi propiedad?— y ahí estaba Nicolas, tratando de evadir la situación como si pudiese hacerlo.

—Me enteré de que tienes a Alice retenida aquí malnacido, la pagarás por esto—algo dentro de mi me impedía involucrarme en la situación, todo indicada que si me aprecia frente a todos ellos, esto saldría muy mal.

Mientras yo y, la aún desentendida, Amanda nos ocultabamos por reflejo detrás de la puerta principal, el caos seguía del otro lado, Sam y Nicolas discutiendo a voz alzada frente casa y no había más razón de ello que no fuera por mi. Según mis conocimientos, Sam estaba a punto de perder la cabeza ante toda la negación de Nicolas de sus actos, y eso me asusta, sé cómo podría accionar ante la negligencia de este hombre.

Gracias a los dioses, Sam no tuvo el tiempo de prepararse para atentar contra Nicolas, fue entonces que la figura de otro hombre se hizo presente en la escena, hombre que no nos habíamos percatado estuviese allí todo este tiempo. Si bien Sam, no estaba metida en el medio, las dos personas restantes en en lugar se encontraban peleando enérgicamente.

Dado ese aún más desastroso escenario, me ví obligada a ser valiente, salir e intentar detener aqullo que estaba pasando frente a mis ojos. Nicolas ya estaba muy alterado a estas alturas, dudo que alguien más que no sea yo puedo lograr calmarlo y alejarlo de otro grave daño.

—Nicolas, detente, ¿Qué crees que estás haciendo? Me juraste que no ibas a pelear más— inesperadamente mis pensamientos fueron acertados, al verme involucrada en ello, Nicolas bajó la frecuencia de sus acciones pero no fue hasta que aquel otro hombre le diera un golpe que lo derribó al piso que frenó toda esta pelea.

—Tu.. ¿Cómo supiste donde estaba?— Con un hombre tendido en el suelo y otro apenas con la capacidad de mantenerse de pie, pude entender lo que pasando realmente.

—Él no es el único con la capacidad de seguir a una persona, ¿sabes? Además me conoces lo suficiente para saber que jamás dejaría que te alejaras de mi vista tanto tiempo— Las palabras de David fueron como una sanación para mi, tenía toda la razón, durante todo el tiempo de conocernos, David ha sido un amigo difícil de alejar, por así decirlo, siempre le gustó estar al tanto y presente en mi vida.

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