Bárbara Úrsula Medina
Mis amigos y yo nos vamos de antro, necesito despejar mi mente, olvidarme de todo lo que pasa con mi madre, novio, lo del señor Manckenzie.
Llevo puesto un pantalón pegado a mi cuerpo, unos tacones altos negros y una blusa corta del mismo color.
Llegamos al lugar la música resuena a todo volumen. Nos acercamos a la barra y le pedimos al barman unas cervezas bien frías. Tomó el primer trago sin titubear y es cuando he dicho que empieza la noche.
Mi amigo Diego y yo nos movemos al ritmo de la canción, meneo las caderas de una forma sensual. Mi trasero chocando en su miembro, su mano en mi cintura y mis brazos en el aire acompañando a la canción, desde que el Dj la puso nos levantamos a bailar y desde luego no hemos parado.
(...)
Siento que me observan desde lejos, cada paso que doy pero de seguro es por las tantas bebidas que he tomado.
--Veo que la está pasando bien señorita Medina-dice alguien detrás de mí.
¡No puede ser! ¿Qué hace él aquí? No me digan que todo esté tiempo me a estado observando.
--Señor Manckenzie-murmuré para mí misma-. ¿Qué hace aquí?-pregunto girando mi cuerpo para enfrentarlo.
--Necesitaba despejar la mente y que más haciéndolo aquí en un lugar que me gusta-explica mirándome sin ningún pudor-. ¿Y usted? ¿Qué hace aquí y con ese hombre?-pregunta acercándose a una distancia prudente.
--No tengo... Porque darle... Explicaciones-respondo dando otro trago de mi cerveza.
--¿Su novio dónde está?-pregunta-. ¿Por qué dejaste que ese tipo te tocará?-cuestionó frunciendo el ceño.
--Puedo hacer lo que me venga en gana-revele dando otro trago-. Déjeme en paz se lo pido una última vez-le contestó.
Se acerca bastante a mí, pero no me dejo intimidar.
--No lo vuelvo a repetir-responde-. ¿Qué hace aquí? ¿Por qué bailo con ese tipo? ¿Y porque dejaste que ese tipo de tocará?-pregunta todo rápido.
--En primer lugar, no eres mi novio y puedo bailar con quién sea, es mi vida puedo hacerme cargo de ella y se cuidarme sola no necesito de un guardaespaldas-anuncié poniendo los ojos en blanco-. No fastidies mi noche que está empezando-susurré por último.
--Nos vamos en este preciso momento-comunicó-. No te quiero en este lugar y menos con ese tipo-musitó enojado.
--¡Ah no! Señor Manckenzie tengo dos pies puedo caminar perfectamente. ¡Y no ando con desconocidos!-grite.
Duelo de miradas. A todas las puede tratar así pero a mí no ¿Qué se cree? Que puede controlar todo a su alrededor pues se equivocó.
Una rubia se acerca a nosotros toda una modelo ¡Lo sé por cómo camina! Pero puede ser una modelo pero que no se crea la única Coca-Cola. Eso no le da el derecho de creerse mejor que el otro y eso es lo puedo observar a simple vista.
--Cristóbal me quiero ir de aquí-dice y toma del brazo al señor que tengo en frente.
--Yo no-responde sin mirar a la chica-. Si quieres vete, yo me quedo-anuncia mirándome fijamente.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: (COMPLETO) Mi Maldita Obsesión