(COMPLETO) Mi Maldita Obsesión romance Capítulo 33

Bárbara Úrsula Medina

Simplemente soy una estúpida, no se controlar mis impulsos pero es que estaba súper nerviosa y me deje llevar con tantas mentiras.

Pero Cristóbal es mi salvador, siempre me cuida, está ahí para cualquier cosa que necesite y de verdad se lo agradezco no sé qué haría sin él en estos momentos tan difíciles para mí.

Hay una persona detrás de todo esto que sabe muchas cosas de mí cómo de Cristóbal, y eso me preocupa demasiado. Cuando Cristóbal fue a buscarme estaba súper feliz de que él viniera a salvarme, no sé cómo descubrió dónde estaba pero sí que es astuto con los puños, como enfrentaba a esos hombres por salvarme y eso me dejó un buen mensaje: Hombre que dice amar y querer a una mujer hace todo por ella... Y eso fue lo que Cristóbal hizo conmigo

Aunque fui muy terca pero él sólo quiere mi bienestar. Cuando llegamos a su casa noté que estaba un poco molesto y se le veía cansado y es que me estaba ocultando que está herido, y mis nervios aumentaron mucho más.

--¡Estás herido!-exclamé más que asustada por el estado en que está.

Él poco a poco va cerrando sus ojos y es que ha votado mucha sangre...

--¡Cristóbal, Cristóbal!-grité para que tratara de abrir los ojos-. Todo va estar bien, te voy a curar vengo en un minuto-indiqué.

--Okey...-escuche en un murmuró de su parte.

Voy en busca de un botiquín y lo encuentro en uno de los cuartos de arriba, y tambien busco todo lo necesario para curar su herida que gracias a Dios no es muy profunda.

Regreso de nuevo dónde está Cristóbal y procedo a despojarlo de su camisa. Curó con sumo cuidado su herida y bajo sus atentos ojos que no dejan de mirarme.

--Todavía tú y yo tenemos que hablar-reveló haciendo una seña de queja.

--Primero tienes que descansar-expresé-. Cuando estés mejor pues hablaremos-respondo terminado de curar su herida.

--Lo vamos hacer ahora, tengo algo muy importante que decirte-informa poniéndose la camisa.

--Cristóbal tienes que descansar y es mi última palabra-agregue cruzando mis brazos por debajo de mis pechos.

Él me mira desafiante pero por primera vez tiene que cumplir mis órdenes porque es por su bien.

--No me mires así-susurré-. Tengo que llevarte a la cama-indiqué.

Cristóbal se levanta del mueble sin ningún tipo de cuidado y eso me preocupa ¡Acabo de curar su herida y está como sin nada! Pero de que es un hombre fuerte, lo es.

--Trata de caminar más suave-expuse cerca de él.

Él deja de caminar y respira profundo pero me acerca más a él, por último y es que me deja en shock es que me carga; tengo que poner mis pies en su cadera para no caer y sus manos van a mi cintura.

--Estoy bien-contesta-. Más que bien, porque estás conmigo, deja de preocuparte-expresó.

--¡Estas completamente loco! Bájame ahora, no puedes hacer fuerza Cristóbal ¿Pero qué estás haciendo que no me bajas?-digo y le ordenó.

--Deja tu escándalo mujer...-expuso subiendo las escaleras-. Que solo me dan para hacer una sola cosa, hacerte el amor-reveló entrando en una habitación que creo que es la suya.

--Ay no, tienes que descansar, dormir un poco y cuando te levantes podemos hablar mientras yo voy haciendo otras cosas-señalé.

--Tú no vas hacer nada... Vamos a dormir los dos-responde llevándome hacia la cama-. Descansa-murmura.

Y pues tengo que hacerlo...

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