(COMPLETO) Mi Maldita Obsesión romance Capítulo 34

Cristóbal Manckenzie

Eso me pasa por no decírselo antes, quizás esa información lo había tomado con calma... no se la verdad, ahora estoy solo sin nadie y la mujer que quiero, que le tengo un buen cariño está ahora mismo lejos de mí, y sólo por mi pasado que llevo conmigo todos los días de mi vida. Y la entiendo debe tener miedo más que todo ya que mi padre es capaz de lo que sea ¿Pero quién dijo que está historia sería tan fácil? Nada en la vida es tan sencillo, fácil, porque siempre van a ver obstáculos que te lo impiden y eso es lo que siempre aprendí. No me voy a dar por vencido tengo que hablar con ella explicarle y que me perdone.

Me dijo que quería tiempo pero no puedo estar ni un minuto lejos de ella, de mi Barby, la mujer terca que conocí aquella vez y que ahora se ha adueñado de mi corazón.

Soy capaz de enfrentar al mundo, todas las mafias, mi padre, Estela, a todos que me impidan llegar a Bárbara y estar con ella para el resto de mi vida.

Me preparo para ir a la empresa, tengo que buscar una excusa para hablar con ella ¡Es la única forma! Pero quiero más que nada sorprenderle. No soy un romántico, no soy bueno con las palabras pero hice que le llegarán un ramo de rosas rojos con un Perdóname.

Conduzco hacia la empresa sumidos en mis pensamientos... Formulando cada palabra para tratar de convencer a Bárbara cosa que es difícil, muy difícil. Llegó y subo directamente al piso que me corresponde desde luego está Rosa con un sin números de papeles en su escritorio, mucho trabajo por hacer es lo primero que pienso.

--Hola Rosa ¿Bárbara se encuentra?-pregunté llegando al frente de su área de trabajo.

--Sí, pero debo avisarle que estás aquí-responde-. Y esas rosas son muy bonitas-murmuró.

--¿Sabes si le gustaron?-pregunto-. No tengo mucho conocimiento de si esas son sus favoritas-expliqué.

--Lamento decirte que están en tu oficina, ella misma se encargó de llevarlas ahí-me informa por lo bajo-. En realidad no sé qué le pasa, está muy... Muy enojada-reveló.

Yo si se lo que está pasando y todo por mi culpa. Pero Rosa no sabe nada así que no lo ha hablado con nadie, no sería bueno que todas las personas lo sepan.

--Quiero pedirte un gran favor-digo mirando su reacción-. No me anuncies, voy a entrar y yo personalmente le voy a entregar las rosas ¿Si?-expresé esperando su respuesta.

Ella respira y cierra los ojos resignada.

--Está bien-responde-. Si me despiden... Me vas a contratar en tu empresa ¿Estamos?-pregunta con horror en su mirada.

--Ok-respondí.

Voy directo a mi oficina y busco lo que son las Rosas para luego entrar a la oficina de Bárbara sin tocar.

--¡Rosa te dije que no quiero ver a nadie!-exclama sin verme.

Levanta la vista de los papeles y se encuentra con mi mirada, y el ramo de rosas.

--¿Qué haces aquí?-pregunta.

--Vengo a trabajar pero sobre todo tenemos que terminar de hablar-agregue-. ¿Por qué no quieres las rosas?-cuestione.

--No me gustan y además esa es tú manera de arreglar las cosas-responde a la defensiva.

--No, solo quiero que me perdones por no decirte antes, sé que lo hice mal y lo admito pero no sabía que te ibas a volver tan importa para mí-revele respirando profundo-. Sólo... Sólo quiero que hablemos no te quiero lejos de mí, eso no lo soportare-digo cabizbajo.

--Cristóbal tengo mucho trabajo y no quiero hablar ahora. Tú debes de tener mucho de qué hacer, cuando me desocupe te aviso y vamos a ver si puedo escucharte ¿Estamos?-pregunta mirando un informe.

Agachó la cabeza con notoria triste ¡No quiere hablar! Está enojada y yo sin poder hacer nada.

--Bárbara yo...-me veo interrumpido por Natalia que entra a la oficina de Bárbara sin tocar.

Natalia mira a Bárbara diferente es decir sus faciales expresan enojo o confusión.

--¿Qué hace usted aquí señorita Miller? ¿Y porque entra sin tocar?-cuestiona Bárbara esperando una respuesta de su parte.