COMPRADA POR EL JEQUE (COMPLETA) romance Capítulo 12

Me llevó a la mesa tomó las cosas de café que estaban encima, algunas cayeron al piso haciendo ruido.

Aquel hermoso hombre me abrió la bata, y dejó mis senos al descubierto solo para él, duros de deseo, tomó el pezón de uno mientras sujetaba con fuerza al otro y besó mi boca, metió sus dedos en mi intimidad, que ya estaba mojada de deseo por el Jeque metiendo su dedo adentro me dijo.

- Está lista para mí Helena – dijo besando mi cuello mientras jugaba con sus dedos.

Llevaba un traje de tres piezas, que debe haber costado el valor de mi auto, probablemente de alguna marca famosa, así que el Jeque se desabrochó el pantalón y sacó ese miembro suyo y me arrastró hasta el borde de la mesa con agilidad y entró en mí.

- Que deliciosa eres Helena – entró dura y fuerte – Por mi me quedaría dentro de ti todo el día.

- ¿Alguien puede venir aquí y vernos?

- dije entre gemidos.

- Nadie está loco por desobedecerme, tu trasero debe saber eso.

Estaba teniendo todas las fantasías cumplidas por este hombre, se abalanzaba sobre mí sin piedad, yo estaba agarrada al borde de la mesa mientras sentía a ese hombre dentro de mí chupando mis pechos y besando mi cuello, yo palpitaba de deseo y él podía sentir lo mucho que lo deseaba en ese momento.

El sexo fue maravilloso, y no podría ser hipócrita si no dijera que es un hombre atractivo y hermoso que tiene mucho más sexo muy bien.

Y no sé cómo lidiar con todo esto con estas emociones y con este hombre.

Y el Jeque puso su boca en mi cuello y derramó su deseo en mí.

- Helena estás siendo mi perdición - me dijo con la cara pegada a mi frente con un jadeo - tengo una cita debo irme y ya llego tarde, siéntete como en casa.

Diciendo eso, me dio un beso, se subió el cierre de los pantalones y se fue.

Me quedé desnudo sobre la mesa, me tiré hacia atrás tirado sobre la mesa con los pies en el borde y pensando en toda esta locura.

Más de una cosa estaba bastante segura de que me estaba muriendo de hambre, este maratón de sexo me está volviendo loco de hambre.

Me levanté de la mesa poniéndome la bata y miré lo que quedaba en la mesa y lo que aún se podía comer y comencé a comer.

- Dios mío - se llevó las manos a la boca con asombro - Aquí había un huracán, ¿qué lío?

- Buenos días Matthew, pasó un huracán Sheik - Señalé la mesa - ¿Ya tomaste café?

Bueno, tengo hambre.

- Redneck me cuenta todo - se acercó a la mesa - Me estoy poniendo beige de la curiosidad.

¿Él es todo eso?

Matthew tomó la silla que estaba encima y salió a comer las cosas que quedaron en la mesa después de mi sexo con Sheik, y fui a contarle todo.

- Genial amigo, me dejaste pensar que Sheik era un viejo feo - Le di una palmada en el hombro - Por qué no me dijiste que Sheik era así de guapo y caliente.

- El paleto que te dejé descubrir solo fue más divertido - y se echó a reír - Nuestro delicioso Sheik te pidió que descansaras.

- ¿Te habló antes de irse?

- Sí, nos conocimos en el primer piso - me miró con una mirada traviesa - Y también pidió llevarte de compras porque tus jeans y remera no son muy apropiados.

- Incluso me olvidé de estos eventos a los que tengo que ir.

- hice un puchero - ¿Es tan elegante Matt?

- Redneck él es un jeque, ¿qué te parece?

- Matt nunca había estado en lugares así, no sé ni cómo comportarme – dije comiendo un pan con mermelada deliciosa y lamiendo mis dedos.

- No te preocupes lo tomarás al pie de la letra - se levantó - Ve a descansar, no sabes cuándo te llamará - agitó las manos - para que sepas lo que no es así que siempre prepárate - se arrodilló y tomó mi mano - no olvides por qué estás aquí y otra cosa no te enamores del guapo Sheik o te irá peor cuando te vayas - me besó la mano - no quiero ser aburrido y soy tu amigo, así que te doy este consejo.

Matt me dio un beso de despedida en la frente y se fue al trabajo y yo me fui a mi habitación pensando en cómo había cambiado mi vida en unos pocos días.

Todo allí era un lujo tremendo, necesitaba un baño y mi elección fue una bañera, estaba todo dolorido, lo confieso, después de tanto tiempo sin tener sexo me sale un hombre como Rajj, estoy acabado, y fue maravilloso poder No lo niego, sonrío ante la idea, y luego recuerdo el consejo de Matt.

- No te encariñes Helena, no te encariñes.

Me quedé allí hasta que el agua caliente se enfrió y mi cuerpo se arrugó, luego salgo y agarro mi bata, me pongo una de mis remeras, agarro mi celular y voy a llamar a mis padres y ver cómo están.

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