COMPRADA POR EL JEQUE (COMPLETA) romance Capítulo 25

Desistí de la huida por miedo a quedarme en alguna duna en medio de toda esa arena me fui a mi tienda.

Tenía muchas ganas de bañarme, pero tenía que sacar el agua afuera, pero el cansancio hablaba más fuerte, recordé cuantas veces allá en la finca no me llegaba agua en el balde para ducharme, y ahí me fui a buscar el agua.

Salí de la tienda, a un fuego que seguían ardiendo, que era para todos en el campamento.

En el cuarto balde yo estaba seguro que era suficiente si no fuera esa cantidad, como pesaba y me dolía la espalda, pobre Mayla que toma este balde, tengo cuatro y me muero de dolor de espalda.

Y yo estoy ahí cogiendo el agua, y escuché un ruido que venía de una carpa, me agaché y tenía el balde de agua en la mano, si viene a mi lado se lo pongo en la cabeza al hombre que Esta corriendo.

Y sorprendentemente, no fue el hombre quien le impidió salir corriendo de la tienda.

Entonces quien aparece con un jarrón en la mano, Mayla es toda rara.

- La traviesa de Mayla, saliendo con el bicho raro, y ni me dijo nada - ríe para sí - porque diría que nos conocimos hoy - Entonces cuando me di la vuelta un hombre estaba a mi lado.

- ¿Hablando sola señora?

- Estaba pensando en voz alta.

- Espero que no quieras huir de nuevo.

- No soy idiota - lo miré - ¿Cómo te llamas y por qué estoy aquí?

- Helena, no estoy aquí para darte respuestas, estoy aquí para asegurarme de que no te escapes.

Tengo otras cosas que hacer, buenas noches – dio media vuelta y se alejó.

- He estado loco aquí.

Y el forastero se fue a su tienda, pero esta vez observé hombres alrededor del campamento, con muchas armas estaba yo en peligro.

Llené mi último balde de agua y me fui a relajar a la tina, me di una larga ducha hasta que el agua se enfrió, y el sentimiento de nostalgia por mi familia me golpeó fuerte, tanto tiempo sin hablar, sin verlos, deben ser pensando que tengo mucho trabajo, así que no volví a llamar.

Me acosté, en esa lujosa cama en medio de un desierto helado y lloré hasta que se me secaron las lágrimas, hasta que mis ojos no aguantaron más.

Sabía que era un prisionero de Rajj hasta que terminó mi contrato, pero lo peor de todo y ser un prisionero de aquellos que no conocemos y si sabemos, ¿por qué somos prisioneros?

Al principio pensé que pronto dejaría ese campamento pero los días pasaban y solo aparecía lo raro.

El hombre de la hoguera.

- Necesitas algo Helena, no salgas de tu tienda.

Las órdenes son no salir del campamento, pero puedes salir y caminar un poco, nadie te hará daño.

- Oh raro, realmente necesito ir a mi casa, quedarme con mi familia, vivir mi vida, trabajar y no estar aislado en medio de este montón de arena.

- Helena Lamento la situación, pero yo no soy el que manda y tampoco me gusta la situación.

Las lágrimas caían de mi rostro, en un grito desesperado, quería irme, dejar todo esto.

Era para mi familia, para que no perdieran el lugar que era de mi abuelo, era el sustento de la familia, no me podía dar por vencido.

Pero ser prisionera de alguien que no conoces, creo que sería alguien a quien no le gustaba Rajj, ¿así que estoy atascado?

¿Podrían ser los rebeldes más el bicho raro que no parecen ser rebeldes?

Hace un tiempo leí sobre una mujer que fue traficada por rebeldes, se convirtió en esclava sexual, su relato fue muy doloroso, decía que tenía sexo con más de treinta hombres al día, son perversos creo que ni los seres humanos lo son.

Pero gracias a Dios, esto no me está pasando, me tratan bien, con prebendas tengo hasta una dama de compañía, que lo está haciendo mejor que la orden.

Mayla y el bicho raro no me engañen hay algo.

Estos días entré a la cocina de repente y adivinen qué.

Doña Mayla y el bicho tan cerca que parecía que por fin iban a hacerlo, la boca toda roja, porque aquí las mujeres siempre van muy bien adornadas.

Mayla me dijo que las mujeres aquí siempre tienen que ser muy hermosas y con mucho oro para demostrar que su esposo las ama y tiene una fortuna y les dan mucho oro.

Esta historia todavía da para mucho.

Dormí tan bien, todo estaba en calma, dormí en esa tienda como un ángel después de noches de insomnio, y el sueño con Rajj de nosotros dos allí en el lugar caminando junto al lago, pero no todo en mi vida es Perfecto.

Mayla a mi lado gritando que teníamos que salir de ahí.

- ¿Qué pasó Mayla?

- Helena huye de nosotros porque los hombres vienen aquí.

- ¿Qué hombres Mayla?

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