COMPRADA POR EL JEQUE (COMPLETA) romance Capítulo 31

Mayla

Salimos de la sala de reuniones donde firmé los papeles de la boda, y fui a donde estaba Helena y fui a hablar con ella, estaba muy tensa.

Por ahora ya no era de mi padre, sino de Mohamed.

La mujer árabe nunca puede mostrar su belleza, no puede hablar con extraños, si su esposo ya no la quiere, debe irse solo con lo que lleva puesto, por eso siempre usamos muchas joyas.

No recibimos regalos, como en las fiestas tradicionales.

Los regalos son joyas, la novia recibe joyas de los invitados y sobre todo del novio.

No quiero que Mohamed me regale joyas, porque mi padre ya le ha quitado mucho, me da vergüenza que mi padre sea así, un hombre malvado y ambicioso.

- Helena, me aterra esta boda, sobre todo la noche de bodas - pedí ayuda con la mirada - No sé qué hacer, cómo actuar, si Mohamed me va a buscar hoy.

- Vamos a un lugar más privado, y te explico algunas cosas - Fui con Helena a una de las habitaciones del palacio, para saber qué me iba a decir.

- Mayla, sé que tú y Mohamed se han estado besando, pero tú ya...

- Helena, no entiendo que te pillen?

- Como beso, abrazo... ¿Alguna vez has tenido sexo?

- No Helena, no tuviste sexo con nadie.

- Te voy a explicar algunas cosas... Creo que nunca nadie te dijo nada, ¿verdad?

- No, mi madre nunca lo mencionó con Mayla.

Ni siquiera pensé en casarme y más así fue todo.

Helena me enseñó que la primera vez dolería un poco, pero nada tan doloroso, si Mohamed era cariñoso, que tendría el sangrado que todos esperan y que debería ir al médico a tomar medicamentos si no quería un niño.

Ya no pienso en hijos, yo quería tener mi familia, pero no así.

Y que yo, por obligación, pasara la noche con él y si fuera buen amante lo disfrutaría.

Hablamos de nuestras culturas cómo eran diferentes.

Oigo que llaman a la puerta y es Matthew.

- Estaba buscando a la novia fugitiva, Mohamed me pidió que fuera a su habitación, en el otro ala del palacio al que pertenece, porque quiere hablar contigo Mayla.

- Mayla, ¿quieres ir?

- Helena ahora Mohamed es mi esposo, debo obedecerle, o las cosas se pusieron difíciles para Mayla - bajé la mirada - Pero no es seguro antes de los tres días, Matt que quieres con Mayla.

- Conociendo a esta familia me imagino lo que es, verdad Matt - Tomé sus manos - Mayla, recuerda nuestra conversación, y si realmente quieres, relájate y disfruta el momento.

- Helena y Matt gracias por lo que hacen por Mayla, estoy muy feliz de tenerlos como amigos.

- Entonces paleto ella es tan hermosa e inocente, que cuando prueba la fruta o se escapa o la chupa hasta la médula.

- Mayla no entendía como chupar un hueso de fruta, el sexo es como una fruta y hay un hueso y hay que chuparlo?

- No Mayla, Matt que es un idiota y sigue diciendo tonterías - nos reímos - Olvídate del bulto y si Mohamed quiere consumar el matrimonio relájate y disfruta.

Matt se rió de mi inocencia y me dijo que Mohamed me estaría esperando y me llevó a donde estaba.

Fuimos al ala del palacio de Mohamed, había muchas habitaciones y habitaciones y Matt hablando de sus tonterías, pero yo estaba tensa con todo lo que creo que hizo para distraerme.

Todo el tiempo me pregunté ¿qué quería Mohamed de mí?

Hablar de nuestro falso matrimonio, que íbamos a buscar otra mujer, que nuestro matrimonio no era real, o que queríamos consumar todo.

Había tantas dudas, tantos pensamientos, ninguno bueno.

Papá era muy egoísta, estaba avergonzado de haberme vendido queriendo cosas que pertenecían a los príncipes Shariff, Sheikh Rajj podría tener la cabeza cortada por extorsionar a un Sheikh y un príncipe.

- Llegamos mi Mayla hermosa, ahora súbete y rockea - y guiñó un ojo tocando la puerta.

- Como dijo Matt, estoy nervioso.

- Métete allí y mira lo que quiere y prepárate.

¿Todo bien?

- Me abrazó - Ahora mece el corazón de este príncipe y sé muy feliz.

Asentí afirmativamente y coloqué mi mano en la manija de la puerta que era puro lujo.

Todo en el palacio era lujoso, mucho oro, muchas cosas importadas de diferentes partes del mundo, dicen que al viejo Jeque le gustaba tener algo de todos los rincones del mundo.

Abrí la puerta, vi a un Mohamed nervioso, con ojos de león cuando quiere una presa, estaba un poco asustado, pero entré a la habitación era muy bonita, no era una habitación parecía una casa, era incluso había una bañera en el medio de la habitación o era una piscina, una cama con dosel con cortinas.

- Mi mujer – como yo no me movía se me acercó.

- Mi... Esposo - dije con cierta inquietud - Todavía no soy esposa, faltan dos días para terminar la ceremonia.

- Mayla, en muchos países fuera de aquí ya estamos casados, firmamos el contrato.

- Pero en el país en el que vivimos, no soy una esposa, solo al tercer día Mayla se convierte en tu esposa - Traté de ganar tiempo.

Se acercó a mí y tomó mis manos, me sonrojé, no es que nunca me hubiera besado pero era diferente, solo estábamos él y yo en la habitación.

No es que nunca me hubiera quedado a solas con él en una habitación, pero ahora le pertenecía.

Yo era la esposa, como él decía, podía gobernar y desordenar y hacer lo que quisiera conmigo.

Pero cómo puedo decir algo, yo mismo tenía miedo, quería a Mohamed y quería estar con él.

Entonces sonó su teléfono y maldijo.

- Quien me llama a esta hora, Mayla necesito contestar - y contesto por altavoz - Hola.

-Soy yo, Helena solo te dará una advertencia si lastimas raro a Mayla te disparo en la frente- sonreí ante la osadía de mi amiga.

- Helena me llamaste para decir eso.

- Llamé y no quiero ver mi ira - y luego colgué.

Se acercó a mi cuello, y susurró cosas palabras.

Me deseaba, justo ahí en ese momento, yo no sabía que hacer ni donde poner mis manos, mientras las suyas caminaban sobre mi cuerpo.

Eran manos gentiles y él era cuidadoso y cauteloso.

Me dejé llevar, ni siquiera podía estar aquí con él, no estaba bien, pero lo estaba y lo quería.

Quería ser suyo, y las consecuencias que siguieron.

Y me llevó a la cama, me acostó con cuidado, me quitó las sandalias, tomó mis pies y los besó, yo estaba usando el vestido largo verde por lo que sus manos recorrieron mis piernas llevando la tela hacia mi cintura, me hizo temblar.

Cerré los ojos y sentí cada sensación que mi cuerpo expresaba en ese momento, su aliento junto a mi boca, y sus labios en mi rostro, sentí sus labios en los míos, buscando refugio, mis manos tocaron su piel en su camiseta, estaba ardiendo como yo, sentí su miembro duro en mi vientre.

- Mayla, te quiero - fue un susurro en mi oído.

- Pero solo te tendré a ti, si me das permiso, ¿puedo llevarte allí como mi esposa?

Lo miré por un momento, sus ojos brillaban de deseo, y estoy segura que los míos también brillaban como los suyos.

Pasé mis manos por la cara de Mohamed, él cerró los ojos, se tumbó allí encima de mí y lo besé.

- Sí, quiero ser tuyo - y toqué nuestros labios - Hazme tuyo.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: COMPRADA POR EL JEQUE (COMPLETA)