Con hermanastros romance Capítulo 6

- Me gustaría volver a intentar lo que hice en el baño. Quiero verter una lluvia dorada sobre ti - susurró Max.

- ¿Ahora? - pregunté sorprendida, incorporándome sobre mis codos. - Hagámoslo en otro momento. Estamos acostados aquí tan bien ahora.

- Pasha, ¿arreglemos una lluvia dorada en dos baúles? - ofreció Max.

- ¡Vamos! - respondió el segundo hermano de mala gana y comenzó a levantarse.

- Oye, ¿olvidaste preguntarme? - exclamé indignado. - ¡En realidad, no estoy particularmente ansioso por volver a intentar esta perversión!

- Estás pensando de esta manera ahora, - se rió Max. - Y luego te gusta, y tú mismo nos rogarás que lo hagamos.

Fuimos al baño, aunque dejé en claro de todas las formas posibles que no me gustaba este proceso, y no quiero que me orinen.

- Siéntese de rodillas, trate de calmarse. Nadie te obliga a beber orina, solo trata de comprender este proceso. - dijo Max con voz seria.

- Vika, no debes desdeñar, no somos extraños. - añadió Pasha, - En general, muchas mujeres están entusiasmadas, cuando se riegan con lluvia dorada.

Asentí y me arrodillé lentamente en el suelo de la ducha. Los hermanos se pararon cerca de la ducha, pero no entraron. Max fue el primero en dejarme chuparle la polla.

No sabía cómo sucedió, pero mis labios se acercaron a su polla, como si no tuviera control sobre ellos. ¡Era tan inusual! Allí estaba en medio de los ruidos agua, completamente desnudo, en manos de mi hermano que me volvía loco, haciéndome temblar de gusto aquella noche que me amenazaba lluvia dorada.

Comencé a chupar con avidez la cabeza de la polla, como si alguien quisiera arrebatármela ahora. Al mismo tiempo, agarré las nalgas de mi hermano con mis manos.

– ¡Vaya, cómo se pegó a tu pene! – Pasha dijo con admiración. – No puedes ocultar lo puta que eres, desde la primera vez que te ví supe que lo que eras.

– Me encanta la forma en que juegas con mi polla. - dijo Max.

Me derretí como la nieve cuando los hermanos me elogiaron. Besé el glande, con mi lengua jugué con el frenillo y recorrí los bordes de la cabeza, agarré sus huevos colgónes y lentamente me metí esa polla que tanto gusto me daba en la boca.

Max acarició suavemente mi cabello con su mano mientras yo acariciaba su polla con mi lengua. Y me alejé volando del placer, dándome cuenta de que podía experimentar algo similar solo con mis amados hermanos.

Ahora se ha convertido en nuestro juego secreto familiar. Pensé: Todo lo que me están haciendo ahora es nuestro secreto. Todo lo que pasa ahora en este baño es únicamente nuestro, y ahora no somos exclusivamente parientes, nos hemos convertido en un todo.

- ¿Quieres volver a hacer pis en mi boca? - Mirándolo, le pregunté.

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