Con hermanastros romance Capítulo 9

Las manos de Pasha, mientras tanto, comenzaron a acariciar mis pezones. Los dedos de Max continuaron masajeando los agujeros de mi entrepierna, alternando entre ellos y atornillando movimientos en la penetración, como cerrar y abrir el corcho de una botella.

Mi cuerpo temblaba con un pequeño escalofrío por la sensación de euforia, Cerré los ojos, tratando de olvidar lo que estaba pasando y absorber todo el deleite de los placeres que sentía.

- Chica caliente. - Exclamaba mientras me acariciaba la espalda y cachetes de mi culito.

– Me siento tan bien, Max ... no pares ... – Exhalé automáticamente y gemí, poniendo mi cabeza en la ingle de Pasha y jugando con mi lengua con sus genitales.

– ¿Quieres algo más? – Max preguntó con severidad y se congeló por un momento, dejando de acariciar mis agujeros.

- ¡Sí lo quiero mucho!

– Relájate y obtén tu recompensa.

Obedientemente, cerré los ojos y sentí, como la cabeza del pene de Max surcando enérgicamente el espacio entre los labios. El miembro entró inmediatamente en mi vagina que goteaba. Se pegó todo lo que pudo a mí, a la vez que impulsaba su pelvis clavándome más profundamente su verga.

Ya era suyo, ya estaba dentro de mí, ya me tenía ensartado en su joven y dura polla, dispuesto para ser preñado.

Max inmediatamente comenzó a follarme, acelerando el ritmo. La habitación estaba caliente por nuestro movimiento salvaje. Se escucharon nuestros gritos y gemidos comunes.

Yo estaba que me derretía de gusto, lo notaba pegado a mí, sintiendo aquella calorcita que su cuerpo transmitía al contacto con el mío, y como su polla introducida en mi entrepierna, empezaba a deslizarse haciéndome soltar fuertes gemidos.

La emoción atravesó mi cuerpo, gotas de sudor aparecieron en mi espalda. No me olvidé de chuparle la polla a Pasha. Y los tres respiramos profunda y ruidosamente. Mis pechos se balancearon al compás de las embestidas de Max. En mis manos tenía un pepino de Pasha y lo acariciaba con diligencia, a veces chupando la cabeza.

De repente, sentí que una ola de euforia comenzaba a cubrirme. Los chicos también sintieron que se me acercaba un orgasmo. Esta magia se acercaba cada vez más.

– Ahora será lo más interesante, – Continuando follándome, Max habló con dificultad, le costaba respirar. – Ahora tendrás el orgasmo más alto.

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