Conquista Dominante: Mi Esposo Salvaje romance Capítulo 305

La mano de Conan en la cintura de Luna la pellizca de repente. Conan dice en un tono que sólo ellos dos pueden oír:

—Yo arrastraré al Padrino. ¡Aprovecha la oportunidad de huir y ver a papá!

Con eso, Conan sale de los brazos de Luna. La mira y le dice seriamente:

—Mamá, se lo prometes a Conan. No debes arrepentirte.

Con eso, Conan estira la mano y quiere coger la de Luna.

Luna está sorprendida por las palabras de Conan. Cuando lo ve sonreír y como si nada hubiera pasado, vuelve a la realidad e inconscientemente estira la mano de Conan.

Sin embargo, cuando todos están desprevenidos, la otra mano de Conan se extiende rápidamente y presiona el reloj de su muñeca. La aguja del reloj va en dirección a Juan.

Juan camina hacia Luna y Conan, por lo que no espera los movimientos de Conan. Cuando reacciona, le duele un poco el cuello y luego Juan pierde el conocimiento.

Juan cae al suelo. Se desmaya en un instante.

Sucede tan repentinamente que Luna y Juan no tienen tiempo de reaccionar.

Cuando Luna ve caer a Juan, parece despertarse. Mira a Conan y le pregunta sorprendida:

—¡Conan! ¿Sabes lo que estás haciendo?

—Espera, mamá —Conan parece serio. Al terminar todo esto, se aparta inmediatamente de los brazos de Luna y corre hacia Juan para comprobar su situación. Cuando ve que Juan está realmente inconsciente, se siente aliviado.

Conan mira a Luna y se apresura a decir:

—Mamá, date prisa. Me ocuparé de ello aquí. Ve al hospital a ver a papá.

Ocurre muy de repente. Luna sabe que Conan no hará daño a Juan y que las agujas de su reloj no son venenosas, pero no puede evitar preguntar con ansiedad:

—pero tu padrino...

A Luna le preocupa que Juan se despierte enfadado con Conan.

—¡Está bien! ¡Deprisa! Si te ven después, es demasiado tarde —Insta Conan con solemnidad. Mira a Luna y dice:

—¡Mamá, papá se está muriendo en el hospital ahora! Si no lo ves por última vez, ¡no tendrás oportunidad en el futuro!

—... De acuerdo —Luna reflexiona por un momento, y finalmente se decide a escuchar a Conan. Camina hacia la puerta trasera. En medio del camino, no puede evitar volver a mirar a Conan, que está de pie junto a Juan, que ha caído al suelo. Sus ojos están preocupados.

En este momento, Luna piensa que su hijo es realmente guapo. Aunque tenga cinco años y sea muy joven, su alma es diferente a la de la gente corriente. Será un hombre muy responsable en el futuro.

Cuando Conan ve que Luna le devuelve la mirada, levanta la mano y le indica que se vaya. Luna corre de nuevo hacia Conan y le dice ansiosamente:

—¡Puedes venir conmigo, o tu padrino se enfadará cuando se despierte!

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