Conquista Dominante: Mi Esposo Salvaje romance Capítulo 33

Luna mira a Estrella, cierra los labios y se muestra muy molesta. Luego dice:

—Emilio, quiero hablar contigo.

Luego va a la sala de estar junto a ella.

Emilio mira a Luna, sonríe y la sigue.

Luna se vuelve enfadada hacia Emilio y le pregunta:

—¿Qué significa eso? ¿Por qué sigue aquí Estrella?

Pero cuando Emilio oye esto, se ríe con sorpresa fingida:

—¿Qué? ¿No lloraste y me rogaste que me quedara con Estrella? ¿Has olvidado cómo me complacías en la cama?

La cara de Luna se pone pálida y enseguida se avergüenza y se indigna. De repente se da cuenta de que ha caído en la trampa de Emilio.

Pero no puede liberarse.

Con la cabeza baja y los dedos retorcidos, Luna aprieta los dientes.

—Todavía no sé mucho sobre ella, así que...

—¿No sabes mucho de ella? —Emilio se mofa:

—Habéis sido amigas los 20 años y no sabes mucho de ella, Luna. No hay chiste más gracioso que ese.

Luna está pálida.

Emilio la mira, deja de hablar y se dirige al restaurante.

Luna no tiene más remedio que seguirle con la cabeza gacha.

Nada más llegar al restaurante, Luna ve a Estrella de pie, ayudando a Emilio a subir su silla, y luego sentándose a su lado.

Luna está molesta, se muerde los dientes, pero no muestra nada. En cambio, se sienta frente a ellos y come tranquilamente.

Sin embargo, en la mesa, Estrella parece darle un plato a Emilio de vez en cuando en tono suave. Parece que parecen una pareja casada desde hace años, lo que incomoda a Luna.

Justo entonces, Estrella se ríe y dice:

—Luna, sólo come —Como si de repente hubiera descubierto a Luna.

Luna aprieta los dientes y pierde el apetito:

—Lo siento, no quiero comer.

Estrella da un resoplido frío y dice:

—Ya veo. No estás satisfecha sólo porque soy yo quien elige ese plato para ti, así que no tienes apetito.

Entonces empieza a llorar de nuevo.

—Luna, ¿es cierto que no me soportas? ¿Qué he hecho mal para que me odies tanto?

«¡¡¡Cómo puede haber una persona tan desvergonzada en este mundo!!!»

Cuando Luna oye esto, se enfada mucho y da una palmada en la mesa.

—¿Qué has hecho? ¿Tengo que repetirlo? Sólo pierdo el apetito. ¿Por qué debería importarte tanto?

—Bueno, ¿no me llamas sucia? Luna, tú tampoco eres inocente —Estrella responde, y Luna se enfada aún más.

Así que mira a Emilio y comprueba que no ha respondido a nada en absoluto. Así que renuncia a hablar con Estrella. Respira profundamente y sube las escaleras.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Conquista Dominante: Mi Esposo Salvaje