Contratada para un Matrimonio romance Capítulo 8

(Richard Maxwell)

Ha amanecido y no he podido dormir en toda la noche, pensando en ella y en que posiblemente me ha mentido y tenga un amante, lo que me está volviendo loco, no quiero enamorarme de ella pero tampoco puedo dejar de pensar en ella.

Me levanto y me doy un baño para relajarme y refrescarme, me visto y salgo a la salita para pedir que nos traigan el desayuno.

Un momento después la veo salir de su habitación, se ve tranquila pero aun cuando se ha maquillado muy poco puedo ver que ella tampoco tuvo una buena noche, y lo peor es que parece triste y desanimada.

Como no sabía que le podría gustar así que pedí varías cosas, como huevos fritos con tocino, pan tostado, fruta picada fresca, hot Cakes, mantequilla, mermelada y miel, café, jugo de naranja y yogurt.

Comenzamos a desayunar en silencio, yo me sirvo un poco de huevos fritos con tocino y café, y la veo tomar un poco de café y pan tostado. Es muy poco por lo que le ofrezco al menos la fruta picada. Ella toma un poco y le sirvo un poco de jugo de naranja y yogurt, y ella como si fuera una niña pequeña come todo lo que le doy, al menos sé que si me aseguro de que coma no se enfermara.

Desayunábamos en silencio y no puedo dejar de mirarla por lo que le pregunto

-Quieres ir a dar un paseo?

-Si.- me responde con el entusiasmo de una niña. Yo no puedo más que sonreír, pues se ha puesto contenta

-Sabes, nunca he estado en Paris.- me comento Melody tomando un poco del jugo de naranja que le había servido

-Bueno, pues entonces salgamos.- le digo con una sonrisa, me gusta verla entusiasmada y alegre, ya no veo esa tristeza que estaba en su rostro hace tan solo unos momentos.

La veo ir por su bolso y voy por mi saco, llamo a recepción para que nos preparen un auto, salimos de la habitación, la llevo del brazo y la guío hasta el ascensor, pasamos la recepción y salimos del hotel hasta la limusina que nos espera. La ayudo a subir y le digo al chofer.

-Llévenos a la plaza de la concordia.

-En seguida señor.- me responde y subo a la limusina acomodándome a lado de Melody, se ve contenta, tomo su mano y no dejo de observarla mientras mira con curiosidad las calles de la ciudad.

Llegamos a la plaza de la concordia y paseamos un rato, después fuimos al museo del Louvre, en donde paseamos por las galerías, vi como prestaba mucha atención a las obras clásicas, sobre todo las obras de D´Vinci; en algún momento la perdí de vista y me puse a buscarla, encontrándola en la tienda de regalos, viendo un globo de nieve del museo, y una copia en miniatura de la “Virgen de las rocas”. La veo seguir adelante viendo los recuerdos que venden, yo aprovecho para tomar el globo de nieve, y dos miniaturas de las pinturas “La virgen de las rocas” y de “la Mona lisa” que sé que le gustaron y me dispongo a seguirla.

Cuando la encuentro está sentada frente a la escultura de “el David”, me siento a su lado y la escucho decir.

-Es magnífico, verdad?

-Sí, está considerada una de las mejores esculturas del mundo; se dice que representa la proporción perfecta del cuerpo masculino; salvo que han descubierto que una de sus manos es más grande que la otra por lo que esta desproporcionada al resto del cuerpo.- le explico, viendo como ella me presta su total atención. Su respuesta me toma por sorpresa

-Bien, pero sigue siendo magnifica, aunque imperfecta, no todos pueden ser perfectos… como tu.- esto último lo dijo casi en un susurro como si lo dijera solo para ella, pero aun así alcance a escucharla, yo solo sonreí.

Cuando salimos del museo la llevo a Notredame; en donde me di cuenta de que ella se puso a orar, se veía tan frágil, después la vi poner unas monedas en una alcancía y encender una vela, para regresar a mi lado, salimos de la catedral y le digo

-Es hora de comer, vayamos a un restaurante.

-Porque no comemos ahí.- me dice señalándome uno de tantos cafetines que hay por la ciudad con mesas en la terraza. Yo asciento y ella tomando mi mano me jala hacia el lugar donde desea comer.

-Estas segura que deseas comer aquí?- le pregunto

-Sí, es un lugar tranquilo y deben tener algo rico de comer.- me dice con sencillez

Veo acercarse a una joven mesera con los menús, los cuales nos entrega y dice.

-Buenas tardes, mi nombre es Ivonne y los atenderé esta tarde, aquí tienen las cartas, llamen cuando estén listos para ordenar?- y con una sonrisa se retira.

-Bien que deseas comer?- le pregunto viendo que ella está leyendo el menú, que no es muy extenso

-Todo parece bueno, que es lo que tu pedirías?- me pregunta, pongo más atención al menú y le digo.

-Bueno, pues el pollo en salsa de champiñones, podría ser una buena opción, aunque también lo es el filete en salsa de mantequilla y limón.

-Pero no puedo pedir los dos?- me dice sonriendo

-Bueno que te parece si pido el filete y tú el pollo, y te doy a probar un bocado, así podrás comparar y decirme cuál de los dos es el mejor.- le digo sonriendo y sin más llamo a la mesera y pido la orden, también pedí una botella de vino, pero ella me dice

-Podrían servirme una limonada?- yo asciento y la pido

Minutos después nos traen el servicio y la veo disfrutar de su platillo, tanto que hasta se me antojo, tomo un poco del filete de merluza y lo acerco a su boca diciendo

-Anda, pruébalo y dime qué opinas?- ella ve el bocado y yo lo acerco más a su boca; la veo tomarlo abriendo poco a poco los labios y cuando lo prueba, lo saborea, cerrando los ojos, como si lo que estuviera probando fuera un manjar de los dioses.

-Y bien?- le pregunto cuando no dice nada

-delicioso, en verdad, se siente como si se derritiera en la boca.- me responde, mientas toma un bocado de su plato y hace lo mismo que yo, acercando el tenedor a mi boca, diciendo

-Por favor, prueba el mío, el pollo también esta delicioso.- así debe ser pues la he visto disfrutarlo, así que me acerco y tomo en mi boca el bocado que me ofrece; lo saboreo y veo que ella tiene razón, el pollo esté muy bien; veo que espera mi opción por lo que le digo

-Tienes razón, está muy bien.

Cuando terminamos de comer, pedimos un café y un postre y es cuando aprovecho para darle lo que le compre. Ella ve las miniaturas y el globo y le digo.

-Te vi admirándolas en la tienda de regalos y quería que las tuvieras, como recuerdo de tu primer visita a París.

-Gracias; yo también te compre algo, espero que te guste?- me dice y la veo sacar una pequeña caja, en donde encuentro una reproducción de el “David” en miniatura.

-Para tu escritorio.- le escucho decir

-Gracias, me gusta, sería imposible tener el original en mi oficina.- le digo sonriendo lo que la hizo reír

La comida fue agradable y estuvo llena de risas, pues le contaba anécdotas de forma amena para que aprendiera a conocerme, ella me tuvo la suficiente confianza como para contarme de la muerte de su madre, del siguiente matrimonio de su padre y de la muerte de este, y de cómo su madrastra la corrió de la casa en la que había crecido, quitándole todo incluyendo las joyas que su madre le heredara; así como del fideicomiso en que tenía su herencia; siento que ha omitido algo más, pero no sé qué pueda ser, aunque sospecho que tiene que ver con su madrastra y de la forma en que la hecho de la casa.

Seguimos paseando por la ciudad y ya avanzada la tarde regresamos cansados al hotel, nunca había disfrutado un día solo haciendo turismo, pero lo que más disfrute fue verla admirando la belleza de la ciudad cuando subimos a lo alto de la Torre Eiffel, también disfrute verla comer una rebanada de pastel cuando paramos a tomar un café, ella me había hecho muchas preguntas sobre los lugares que visitamos y yo trate de responder todas sus preguntas

Cuando llegamos al hotel, al pasar por la recepción me encontré con que tenía un recado de Olga, en el que me informaba que la fiesta que haría para celebrar nuestro matrimonio sería el día de mañana por la noche y nos pide que lleguemos a las nueve.

La llevo a la habitación, en donde descansamos por unas horas, las cuales creo que ella aprovecho para dormir, pues en verdad se veía cansada, lo que compruebo al ir a su habitación para informarle que saldremos a cenar y a bailar, encontrándomela dormida, me acerco a ella, creo que me siente porque se despierta y me sonríe.

-Me necesitabas?- me pregunta

-No descansa un poco más, solo venía a decirte que esta noche a las ocho saldremos a cenar y a bailar, así que quiero que te pongas algo muy bonito. Ella asciente y yo salgo de su habitación dejándola descansar.

Voy a mi habitación y pido a la recepción que me hagan una reserva para cenar en el Moulan Rouge para las ocho de la noche, después sigo su ejemplo y me recuesto un momento.

Esa noche cuando llamo a su puerta para que nos vayamos, Melody sale vistiendo un vestido gris plomo de seda, el cual se pega a su piel como un guante, es sencillo y no tiene más adorno que el brillo natural de la fina tela y noto que lleva puesto el collar que le diera anoche, al verla me quedo sin respiración; ella se acerca y yo la tomo del brazo para salir, y siento como se estremece.

Mientras cenábamos, veíamos el espectáculo que se presenta en el Moulan Rouge, y tras terminar le pregunto

-Quieres bailar?- ella no dice nada pero se levanta de inmediato, haciéndome saber que así es; la llevo a la pista y la rodeo con mi brazo comenzando a movernos en la pista, y siento como ella moldea su joven y suave cuerpo al mío, por lo que la aprieto más contra mi cuerpo, deseando incrustarla en mi cuerpo al sentirla temblar. Lo que hace que mi cuerpo reaccione despertando mi deseo por ella.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Contratada para un Matrimonio