CUATRO ALFAS PARA LAS MAFIOSAS romance Capítulo 10

Rafaela despertó después de algunas horas, a su pequeña nariz llegó un abrumador olor a alcohol y medicinas, quiso incorporarse de inmediato pero el dolor en su cintura era casi insoportable, si ella se pudiera ver en un espejo en ese momento se asustaría de su gran palidez, llevó su mano a la herida que estaba envuelta en un vendaje blanco, aún así una pequeña mancha de sangre se podía apreciar en las blancas vendas,

—demonios! que me a pasado?— la hermosa mafiosa se preguntaba maldiciendo que había ahí

Rafaela estaba desnuda, habían tenido que romper su costoso vestido con unas tijeras para poder atenderla, la bala atravesó de lado a lado y perdió bastante sangre pero por lo menos no moriría, ella quería escapar del lugar que parecía un hospital abandonado, siendo una mafiosa ningún lugar era seguro, buscó con la mirada algo que pudiera servirle para vestirse encontrando al fondo una bata blanca.

—Carajo!— soltó Rafaela al bajar de la camilla, la herida dolía demasiado, su cuerpo temblaba de dolor al igual que sus dientes, pero aún así no había manera que ella permaneciera en ese lugar esperando a que alguien le diera un tiro en la frente y la matara, lentamente caminó hacía la salida, la madrugada jugaba a su favor, los pocos guardias que la vigilaban estaban dormidos, se habían confiado de que ella dormía y con esa herida tan dolorosa no se iba a levantar, pero esos guardias no conocían la terquedad y valentía de Rafaela Almanza

Carlota llegaba a su mansión muy cansada por todo el trabajo del día, decidió llamar a su hermano antes de acostarse a dormir

—¿Qué pasa Carlota? debe ser algo muy importante para llamarme a estas horas!— rugió el malhumorado Bueno Ferragamo.

—A mí también me da gusto saludarte hermano, pero tienes razón, está llamada puede esperar, pensé que será buena idea avisarte que hirieron a una mujer.

—A mí que carajos me importa que hieran a cualquier mujer del mundo! evita llamarme para esas estupideces Carlota! —gritó Alfa Bruno

—Tienes razón Bruno, no debí molestarte a ésta hora, total! la mujer rubia de unos impresionantes ojos azul turqueza y largas piernas perdió mucha sangre pero creo que se va a recuperar! chao.... Carlota colgó la llamada y apagó el teléfono, necesitaba descansar o colapsaría, cerró los ojos y se dejó ir.

No habían pasado ni diez minutos cuándo la puerta de su habitación estaba siendo brutalmente golpeada, exigiendo ser abierta

Alfa Bruno

—¿Qué demonios? ¿qué son esas formas de tocar Bruno? pareces un lobo salvaje en vez de un Alfa que maneja un millonario imperio! me puso una bata para cubrirme por qué por lo general duermo desnuda, los lobos somos así, nos gusta andar al natural, abro la puerta y ahí está el mayor de los Alfas Ferragamo de pié, sus fosas nasales están dilatadas está furioso por lo que veo

— Por qué demonios apagaste el celular? en dónde está ella?— dije.

— Apagué el celular por qué ya me iba a dormir! además, qué no dijiste que te importaba un carajo que resultará herida cualquier mujer del mundo? no te entiendo Bruno! por qué has venido hasta mi casa?

—Por supuesto que me importa un carajo el mundo! pero ella no! dime en dónde está? qué le pasó? y cómo la encontraste?

—wow! wow! podrías ir más despacio lobito?

—No juegues conmigo Carlota! sabes que no tengo paciencia! necesito saber de ella ya!

—Entonces es por eso que ella lleva tu olor impregnado? no a sido un encuentro casual, ella... ella es tu luna! —me señalo.—por fin la has encontrado!

—Eso no es de tu incumbencia! pasé la mano por mi cabello tratando de calmarme, solo.. solo llévame con ella, necesito verla!

En el camino mi hermana Carlota me contó todo lo que aconteció en el casino, mi luna estaba allí, hubo un tiroteo y por mala suerte una bala la hirió, el tiempo de traslado se me hacía eterno, apenas llegamos bajé apurado y entré en la clínica.

—Alfa! —saludaron los pocos guardias que custodiaban el lugar, uno de ellos me guío hacía la habitación en dónde ella estaría, pero al llegar mi luna no estaba por ningún lado, en medio del desinfectante y alcohol pude captar su olor, efectivamente era ella, mi luna! la mujer que había huido de mi después de hacer el amor aquella noche en la cabaña el encanto, pero se había ido, ya no estaba más allí, la muy cabrona me la había vuelto hacer!—rugí y devolví mis pasos hacía Carlota

—¿Dónde está mi m*****a luna Carlota? dijiste que estaría aquí pero ella se a largado! mi beta Karino estaba tratando de tranquilizarme para que no la tomara con mi Rebelde hermana, Carlota se había hartado de la constante violencia en la que vivíamos y decidió estar por su lado, el casino en donde hirieron a mi luna es de su propiedad, ella lo administra muy bien por cierto, pero ahora lo que necesito es que me muestre las cámaras de seguridad de su negocio

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: CUATRO ALFAS PARA LAS MAFIOSAS