CUATRO ALFAS PARA LAS MAFIOSAS romance Capítulo 18

Siéntate Rafaela! Bruno estaba haciendo todo su esfuerzo por no caer a los pies del delicioso aroma de su luna, frutas y cítricos una combinación exquisita para él Alfa, y al mismo tiempo se esforzaba por no desgarrar la garganta de la hermosa mujer que lo tenía en jaque por no querer venderle la mercancía que necesitaba

Seguro de sí, Bruno preguntó¿Qué puedo hacer por ti Rafaela Almanza?

Seré clara y breve Bruno Ferragamo, Rafaela arrojó un cheque al fino escritorio del Alfa, necesito que me devuelvas el anillo que te di por el pago de tus servicios aquella noche en la cabaña el encantó, a cambio te daré está considerable suma de dinero

El Alfa Bruno miró el cheque un momento y después preguntó, para qué lo necesitas de vuelta?acaso ahora sí vas a casarte con Santiago? el Alfa había ordenado a Karino averiguar el origen del anillo y todo lo relacionado con su indomable Luna

Ja! por supuesto que no, solo lo quiero para devolvérselo y que no me vuelva a buscar! pero... tú como sabes que Santiago y yo...

Yo lo sé todo! sé que el imbécil ese te dejó plantada en el altar, vaya suerte que tuviste, lo que me sorprende es por qué siendo una mujer tan inteligente no te diste cuenta que te estaba engañando con la que se decía tu mejor amiga y que tu prometido solo te utilizó para trabajar las rutas de tu padre!

Que Bruno tocará ese tema que a Rafaela aún le dolía le caló, no era tanto por el amor que pensaba sentía por Santiago, era por qué esos dos se habían burlado de ella y de Rafaela Almanza nadie se burlaba

Lo amas tanto que le perdonaste la vida? la pregunta de Bruno la sacó de sus pensamientos

No te equivoques Bruno, yo no perdono la traición pero no voy a matar a un hombre solo por qué no me ame, soy Rafaela Almanza un hombre no me define, tampoco me hace falta, quieres darte prisa en regresarme el anillo! tengo unas citas a las que no puedo llegar tarde!

Y si te dijera que ya no lo tengo?

Lo empeñaste para comprar cerveza o comida cuándo andabas de vagabundo? si es así dime a dónde lo llevaste y enviaré a mis hombres por el

Cuida tus palabras Rafaela! el Alfa estaba en su límite, no te olvides de quién soy o voy a tener que recordartelo de no muy buena forma!

Bueno ya! tu si que no conoces del sentido del humor, amargado y antipático! me sorprende que aún así tengas mujeres que quieran follar contigo, aunque...

Aunque qué?

Aunque pagando cualquiera obtiene un poco de placer

A Bruno se le calentaron las orejas de la rabia que sentía, se había asegurado de llevar a Rafaela al cielo, la había hecho gemir de placer esa noche en la cabaña, acaso ella había quedado insatisfecha? no podía ser posible! jamás en su larga vida había dejado a una mujer con alguna inconformidad por su desempeño sexual

Tus gemidos y gritos de placer se escucharon a kilómetros a la redonda cuando te hice mía, no creo que haya sido solo un poco de placer, mis hombres que te escucharon lo pueden confirmar

Rafaela se puso roja como un tomate, !Rufián! te metiste a mi cabaña sin mi permiso me emborrachaste y robaste mi primera vez! todo eso sin mi consentimiento! te aprovechaste de mi vulnerabilidad, de otra manera jamás habría dormido con un hombre tan...tan desagradable como tú!

Pues parecía que lo estabas disfrutando mucho! en ese momento no te parecí tan desagradable verdad mujer?

Estaba ebria! que te quede claro!

El Alfa Bruno no se quedó con el insulto y caminó hasta Rafaela poniéndose detrás de ella, la tomó por los hombros y hundió la nariz en su cuello haciéndola estremecer, se que te mueres de ganas por repetir lo que sucedió entre nosotros esa noche, que me deseas y que me necesitas dentro de ti, Bruno lo sabía por qué el estaba que mataba por tenerla de nuevo entre sus brazos, pero su orgullo y su fría forma de ser no le permitía rogarle a su luna por un poco de afecto

Deliras! yo ni siquiera me acuerdo de ti! además yo no comparto a mis hombres y tú eres peor que una callejera! me haré un examen para asegurarme que no me hayas contagiado nada!

Cómo te atreves? yo soy el respetado Bruno Ferragamo, el amo y señor de la mafia!

Eso a mí me vale madres! no hay nada que hagas que me impresione, ni ninguna cosa que no haya hecho yo misma, ni siquiera tu dinero puede mover mi interés, cómo hombre no tienes nada de lo que me gusta, así que no te creas tan importante... Bruno!

Bruno iba a medio camino a saltarle encima a Rafaela cuándo de pronto se escucharon unos disparos afuera de la oficina, eran los orientales que venían a reclamar la mercancía que Bruno había prometido venderles

Carajo! espera aquí Rafaela, son los malditos orientales

Y esos por qué te buscan?

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