"Cupido" caído del cielo romance Capítulo 29

Entonces, Paulina se cambió de ropa al azar y se apresuró a regresar con Marcos.

En este momento, Dragón Real, esta villa estaba llena de luces brillantes.

Dentro de ella, unas veinte personas de los amas de llaves a los sirvientes esperaban en el vestíbulo.

Álvaro andó de un lado al otro en el pasillo con ansia, mirando hacia afuera de vez en cuando, y esperó que su hermano regresara.

Sentado en el sofá, Manuel estaba mareado por él y no pudo evitar pedir, -Álvaro, ¿podrías parar un rato?-

Álvaro simplemente contestó, -¡No! Voy a morir de preocuparme. Pero tú, como el psiquiatra de Esteban, ¿cómo puedes sentarte aquí tranquilamente? ¿Qué debemos hecer si hay algo malo con él?

Manuel también estaba indefenso, y dijo, -Tú también lo has visto que no sirvió nada tratar de comunicarme con él.-

-¿Inútil, qué puedes sirvir?- Álvaro le interrogó desesperado, arrastrando el cabello con más ansiedad, y le preguntó al ama de llaves a su lado, -¿Les has contado a mis padres sobre este asunto?-

El mayordomo respondió con respeto, -Todavía no.-

-Vale.- Álvaro exhaló un suspiro de alivio, sintiéndose demasiado melancólico.

Esteban sufrió todo malo por su culpa, pues, si sus padres lo supieran, probablemente lo mataría.

¡Qué miedo!

En ese momento, sonó el motor del automóvil afuera de la puerta, y el mayordomo se apresuró a decir con alegría, -Álvaro, ha vuelto su hermano mayor.-

Álvaro también lo escuchó y salió a toda carrera sin decir nada, como si viera el benefactor que le salvara la vida. Corrió hacia su hermano y le dijo con lágrimas en los ojos, -Mi hermano mayor, por fin has vuelto, ve a ver a Esteban.-

Marcos lo apartó con disgusto y preguntó en voz profunda, -¿Cómo está la situación? ¿Ha venido aquí Manuel?-

-Ha estado aquí hace mucho tiempo.-

Manuel estaba de pie frente a la puerta, pero miró a Paulina quien se apeó del lado del pasajero.

Álvaro finalmente descubrió la existencia de Paulina y saludó con alegría, -Bienvenida a Señorita Paulina .-

No saludando nada, Paulina solo asintió levemente porque se preocupaba de Esteban y preguntó con ansiedad, -¿Dónde está Esteban ahora?-

Marcos dijo, -Te llevaré subir al piso.- Luego tomó la mano de Paulina sin ninguna explicación.

Debido a la emergencia, a Paulina no le importó esta acción diminuta, y fue arrastrada obedientemente al piso de arriba.

Los dos no tradaron tiempo en llegar a la puerta de la habitación de Esteban.

Dentro de ella se oía de vez en cuando el sonido de arrojar cosas con mucho ruido que hizo a Paulina asustada..

Miró a Marcos nerviosa y preguntó, -¿Qué debemos hacer?-

Marcos la consoló, -No te asustes.- luego llamó a la puerta, -Esteban, abre la puerta.-

El bebé en la habitación le escuchó el sonido y pareció estar en silencio por un momento, sin embargo, luego sonó por romper las cosas más fuerte.

-Es tan terrible. Si lo continúa, se herirá a sí mismo.- dijo preocupado Álvaro, que les siguió llegando aquí.

Marcos estaba muy deprimido. Nadie lo respondió, por eso lo siguió, -Esteban, soy papá, abre la puerta, por favor. Si estás molesto, dígamelo. Pero no rompas las cosas. ¡Sé obediente!-

Sin embargo, Esteban ignoró a su padre en absoluto.

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