"Cupido" caído del cielo romance Capítulo 55

Paulina era un poco inquieta, si sus colegas habían visto que Marcos la abrazó en la puerta hace un momento.

Lilianai asintió, pero seguía sintiéndose un poco extraño.

-Entonces, ¡recuerda decirme si no te sientes bien! No trabajes con enfermedad.-

Después de todo, es la persona del jefe, Lilianai tenía que tratarla con cuidado.

-Sí, gracias gerente Lilianai.- Paulina respondió con una sonrisa.

Después de que Lilianai se marchara, hojeó los expedientes que estaban a un lado, y Paulina trató de tranquilizar su mente para trabajar y dejar de pensar en lo que acababa de suceder.

El día pasó rápidamente, Paulina pasó a comprar alimentos de camino a casa desde el trabajo, y no mucho después de volver a casa, sonó el timbre de la puerta.

La persona que vino era, naturalmente, Esteban, que había venido a cenar.

-¡Paulina, yo estoy aquí!

-¡Entra!- Paulina sonrió y, tras una pausa, como si recordara algo, volvió a hablar y preguntó, -Esteban, ¿quién te ha llevado aquí?-

En este momento, ¿estaba Marcos esperando abajo de nuevo?, como aquel día.

Esteban se quedó suspenso , parpadeó y dijo, -¡El conductor!-

Paulina sabía de un vistazo que este pequeño debía estar mintiendo, se rio sin poder evitarlo, realmente no podía hacer nada con el padre y el hijo.

-¿Qué pasa? Paulina, ¿por qué preguntas esto?-

“¿Acaso Paulina se ha enterado de que es papá quien me lleva?” niña pensando.

-Es muy tarde y el conductor no ha comido, ¿por qué no lo llamamos a cenar?-

-¿Eh?- Esteban parpadeó sin saber qué hacer, y se quedó un poco confundido.

¿Qué hacer?

¡El de abajo no era el conductor! ¡Ese era su papá!

Pensando “¿Dejará Paulina que papá suba a cenar? Olvídalo, no importa lo que pase, siempre yo tenga algo que comer.”

Esteban no tuvo más remedio que decir, -¡bien!-

Paulina le llevó abajo, donde llamó a la puerta del Maybach.

Un momento después, Marcos abrió la puerta del coche, su apuesto rostro parecía tranquilo y no sentía la menor vergüenza.

-Papá, Paulina dijo que quería llamar al conductor para cenar.-

No era asunto suyo, definitivamente no había traicionado a papá.

Paulina sonrió, como era de esperar, sabía que era Marcos quien había llevado a Esteban.

-¡Vamos! No te quedes en el coche.-

Las comisuras de la boca de Marcos se levantaron ligeramente, por fin tenía comida.

Los tres subieron las escaleras y Paulina habló, -sentaos un rato en el salón, yo cocinaré.-

Marcos frunció los labios y dijo, -te ayudaré.-

Esteban lo siguió y dijo, -¡Yo también ayudaré!-

Paulina no pudo detenerlos y los tres entraron en la cocina.

Marcos se arremangó y empezó a lavar las verduras.

Era la primera vez que Paulina lo veía en la cocina, y no pudo evitar mirarlo de reojo, ¡cómo se veía tan bien este hombre! Esta imagen era simplemente agradable a la vista.

Esteban también estaba ayudando en el lado.

Si esta escena la vieran los dos ancianos de la familia Leoz o Álvaro, se quedarían asombrados, ¡Nunca habían entrado este padre y su hijo a cocinar en la cocina!

Los tres trabajaron y la comida pronto estuvo lista, sentados alrededor de la mesa.

El ambiente era acogedor en la estrecha casa de alquiler.

Paulina estaba acostumbrada a vivir sola desde hacía muchos años, así que no pudo evitar una sensación extraña en ese momento.

La palabra "familia" surgieron de alguna manera en su mente.

Su relación con Esteban y Marcos parecía muy cercana, pero también parecía muy lejana y distante…

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: "Cupido" caído del cielo