Desde un matrimonio falso romance Capítulo 12

—¡La Señorita Solís está aquí!

Antes de que Mariana pudiera terminar sus palabras, el personal a su lado la interrumpió.

Cuando se giró para mirar, Andrea, con su representante, entró a grandes zancadas rodeada de sus asistentes y guardaespaldas. Su maquillaje exquisito, vestido fresco y entre sus labios rojos una suave sonrisa, eran nada que ver con su acrimonia de la noche anterior.

Mariana suspiró en secreto con alivio. «Afortunadamente, esta mujer no ha causado ningún problema».

Ocultó sus emociones y la saludó con una sonrisa:

—Señorita Solís, la ropa está lista, puede cambiarse cuando quiera.

Aunque todavía era temprano, Andrea se había ido deprisa con su enfado anoche y no había ensayado nada, así que podría ahorrar algo de tiempo cambiándose de ropa y maquillándose por adelantado.

Andrea le dirigió una mirada y su sonrisa se hizo más evidente,

—De acuerdo, tráemela tú.

De repente se volvió tan benevolente que Mariana no pudo evitar sorprenderse, pero no le convino decir nada más en este momento.

—Bien, Señorita Solís, por favor espere un momento.

Pronto, hizo que el personal trajera el perchero de ropa.

Mariana abrió el guardapolvo y pidió que Ana trajera la caja del joyero, sin notar que Andrea levantaba los labios en una sonrisa a un lado.

Se abrió la cremallera del guardapolvo.

Cuando lo miró Mariana, sus pupilas se contrajeron bruscamente y su expresión cambió drásticamente,

—Dios... ¿por qué ha ocurrido esto?

Toda la ropa que debería haber estado colgada en los estantes había desaparecido, sólo quedaba un montón de trozos de tela desordenados y diversos, y a simple vista, ¡fue cortada y rota maliciosamente por alguien!

—Mari, ¿qué pasa?

Ana se apresuró a comprobar y su rostro se palideció entonces:

—¡Ah! ¿Quién hizo todo esto?

Este grito alarmó a la gente de alrededor y todos se reunieron hacia aquí.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Desde un matrimonio falso